"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
martes, 21 de julio de 2020
RUDYARD KIPLING
Gehazí
¿De
dónde venís, Gehazí,
figura
venerable,
de
escarlata y armiño
y
cadena de oro de Inglaterra?
«De
seguir a Naamán
y
decirle que está bien todo,
por
ello mi celo me ha nombrado
Juez
en Israel.»
Bien
hecho, bien hecho, Gehazí.
Extended
vuestra mano atenta,
escapado
apenas del juicio,
presta
juramento para juzgar la tierra,
inamovible
ante regalos en dinero
o
el soborno secreto, más bajo,
del
conocimiento que es beneficio
en
cualquier plaza de mercado.
Descubrid
e investigad, Gehazí,
voz
que entre todos podéis juzgar,
la
respuesta cierta, medida,
que
revela las mentiras más negras-
la
virtud clara, difícil,
la
ira fingida a voluntad,
para
intimidar a un testigo
y
mantener en silencio al Tribunal.
Cuidad
ahora, Gehazí,
que
-en un aparte– nadie hable
en
secreto con sus jueces
mientras
se esté la vista celebrando.
Pues
puede mostrarles -razones
para
guardar en secreto alguna cosa
y
con sutileza conducir las preguntas
lejos
de aquello que hizo.
Vos,
espejo de rectitud,
¿qué
os aflige en vuestros votos,
qué
significa el blanco que nace
de
la piel entre las cejas?
Los
quistes que brillan y se hunden,
las
llagas que se pelan y sangran-
la
lepra de Naamán
sobre
vos y vuestra descendencia toda?
Levantaos,
levantaos, Gehazi,
ajustaos
la toga e id.
GehazÍ,
Juez en Israel,
leproso
blanco como la nieve.
LORD BYRON
Al cumplir mis 36 años
¡Calma,
corazón, ten calma!
¿A
qué lates, si no abates
ya
ni alegras a otra alma?
¿A
qué lates?
Mi
vida, verde parral,
dio
ya su fruto y su flor,
amarillea,
otoñal,
sin
amor.
Más
no pongamos mal ceño!
¡No
pensemos, no pensemos!
Démonos
al alto empeño
que
tenemos.
Mira:
Armas, banderas, campo
de
batalla, y la victoria,
y
Grecia. ¿No vale un lampo
de
esta gloria?
¡Despierta!
A Hélade no toques,
Ya
Hélade despierta está.
Invócate
a ti. No invoques
más
allá
Viejo
volcán enfriado
es
mi llama; al firmamento
alza
su ardor apagado.
¡Ah
momento!
Temor
y esperanza mueren.
Dolor
y placer huyeron.
Ni
me curan ni me hieren.
No
son. Fueron.
¿A
qué vivir, correr suerte,
si
la juventud tu sien
ya
no adorna? He aquí tu
muerte.
Y
está bien.
Tras
tanta palabra dicha,
el
silencio. Es lo mejor.
En
el silencio ¿no hay dicha?
y
hay valor.
Lo
que tantos han hallado
buscar
ahora para ti:
una
tumba de soldado.
Y
hela aquí.
Todo
cansa todo pasa.
Una
mirada hacia atrás,
y
marchémonos a casa.
Allí
hay paz.
LUIS DE GÓNGORA
Allá darás, rayo
Allá darás, rayo,
En cas de Tamayo.
En cas de Tamayo.
De hospedar a gente extraña,
O Flamenca o Ginovés,
Si el huésped overo es
Y la huéspeda castaña,
Según la raza de España,
Sale luego el potro bayo.
O Flamenca o Ginovés,
Si el huésped overo es
Y la huéspeda castaña,
Según la raza de España,
Sale luego el potro bayo.
Allá darás, rayo,
En cas de Tamayo.
En cas de Tamayo.
De muy grave la viudita
Llama padre al Capellán
Con quien sus hijos están,
Y Amor que la solicita
Hace que por padre admita
Al que recibió por ayo.
Llama padre al Capellán
Con quien sus hijos están,
Y Amor que la solicita
Hace que por padre admita
Al que recibió por ayo.
Allá darás, rayo,
En cas de Tamayo.
En cas de Tamayo.
Alguno hay en esta vida,
Que sé yo que es menester
Que a su querida mujer
(¡Nunca fuera tan querida!)
Tomen antes la medida
Que a él le corten el sayo.
Que sé yo que es menester
Que a su querida mujer
(¡Nunca fuera tan querida!)
Tomen antes la medida
Que a él le corten el sayo.
Allá darás, rayo,
En cas de Tamayo.
En cas de Tamayo.
Con su lacayo en Castilla
Se acomodó una casada;
No se le dio al señor nada,
Porque no es gran maravilla
Que el amo deje la silla,
Y que la ocupe el lacayo.
Se acomodó una casada;
No se le dio al señor nada,
Porque no es gran maravilla
Que el amo deje la silla,
Y que la ocupe el lacayo.
Allá darás, rayo,
En cas de Tamayo.
En cas de Tamayo.
Opilóse vuestra hermana
Y diola el Doctor su acero;
Tráela de otero en otero
Menos honesta y más sana;
Diola por septiembre el mana,
Y vino a purgar por mayo.
Y diola el Doctor su acero;
Tráela de otero en otero
Menos honesta y más sana;
Diola por septiembre el mana,
Y vino a purgar por mayo.
Allá darás, rayo,
En cas de Tamayo.
En cas de Tamayo.
PAUL VERLAINE
Mi sueño
Sueño a menudo el sueño
sencillo y penetrante
de una mujer ignota que adoro y que me adora,
que, siendo igual, es siempre distinta a cada hora
y que las huellas sigue de mi existencia errante.
de una mujer ignota que adoro y que me adora,
que, siendo igual, es siempre distinta a cada hora
y que las huellas sigue de mi existencia errante.
Se vuelve transparente mi
corazón sangrante
para ella, que comprende lo que mi mente añora;
ella me enjuga el llanto del alma cuando llora
y lo perdona todo con su sonrisa amante.
para ella, que comprende lo que mi mente añora;
ella me enjuga el llanto del alma cuando llora
y lo perdona todo con su sonrisa amante.
¿Es morena ardorosa? ¿Frágil
rubia? Lo ignoro.
¿Su nombre? Lo imagino por lo blando y sonoro,
el de virgen de aquellas que adorando murieron.
¿Su nombre? Lo imagino por lo blando y sonoro,
el de virgen de aquellas que adorando murieron.
Como el de las estatuas es
su mirar de suave
y tienen los acordes de su voz, lenta y grave,
un eco de las voces queridas que se fueron…
y tienen los acordes de su voz, lenta y grave,
un eco de las voces queridas que se fueron…
SEAMUS HEANEY
Una llamada
«Espera,» dijo ella, «saldré
simplemente e iré a por él.
El tiempo aquí es tan bueno, que aprovecha
para escardar Un poco.»
De modo que lo vi
apoyado sobre las manos y rodillas al lado del rastrillo,
tocando, inspeccionando, separando un
tallo del otro, estirando con suavidad
cada cosa no estrechada, frágil y sin hojas,
complacido de sentir cómo se abría cada raíz de malas hierbas,
pero también arrepentido…
Luego me encontré escuchando
al amplio y grave tic de los relojes de la entrada
donde el teléfono estaba desatendido en una calma
de espejo y péndulos iluminados por el sol…
El tiempo aquí es tan bueno, que aprovecha
para escardar Un poco.»
De modo que lo vi
apoyado sobre las manos y rodillas al lado del rastrillo,
tocando, inspeccionando, separando un
tallo del otro, estirando con suavidad
cada cosa no estrechada, frágil y sin hojas,
complacido de sentir cómo se abría cada raíz de malas hierbas,
pero también arrepentido…
Luego me encontré escuchando
al amplio y grave tic de los relojes de la entrada
donde el teléfono estaba desatendido en una calma
de espejo y péndulos iluminados por el sol…
y me encontré entonces
pensando: si fuera hoy,
así es como la Muerte convocaría a Cualquiera.
así es como la Muerte convocaría a Cualquiera.
A continuación él habló y
casi le dije que le amaba.
AMOS OZ
Se despierta en mí el deseo
Atardecer.
Llueve en las colinas vacías del desierto.
Cal y roca y olor a tierra mojada
después de un árido verano. Se despierta en mí el deseo
de ser lo que sería de no haber sabido lo que es sabido.
De ser anterior al conocimiento.
Como las colinas. Como una piedra en la superficie
de la luna. Inerte, silencioso y seguro
de que estaré tiempo en exposición.
Cal y roca y olor a tierra mojada
después de un árido verano. Se despierta en mí el deseo
de ser lo que sería de no haber sabido lo que es sabido.
De ser anterior al conocimiento.
Como las colinas. Como una piedra en la superficie
de la luna. Inerte, silencioso y seguro
de que estaré tiempo en exposición.
Versión de Raquel
García Lozano
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