sábado, 5 de abril de 2025

Por Adolph Northen - [1][2], Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=298121

 

ARIANNA MATHISON

 

 

 

Un estímulo

 


Te fragmento

con el corte visceral de mi boca 

 

Te rompo 

 

Corto el ojo, el iris del ojo

y pierdo el concepto 

 

Pongo ramas en tus mejillas 

Hundiendo sus puntas en tus pómulos 

 

Tu boca no se mueve 

 

Un gemido se escapa 

no importa 

 

Me he cortado los dedos 

con tu ausencia 

 

He parado en el borde

de tu índice 

 

Rasgué todas las palabras que pude 

me las guardé en el bolsillo 

 

“Te las pegaré en el pecho” 

 

Son plegarias 

esbozos 

azares

 

Como tu andar despierto,

mientras duermo

en esta marea 

de memorias.

 

De: “Puerta huérfana de cerradura”

 

 

GISELLE LÓPEZ FERNÁNDEZ

 



 

Aborto

 



La isla es navaja

que sale de la piel.

La pariré como a un coágulo

y les diré a mis hijos

llámenla hermana,

tía

llámenla por su nombre.

No pudo ser otra cosa que el intento.

 

MICHELA LAGALLA

 

  


 

Yo me he acostado con todos los poetas de México

le confesó Piel Divina a Luis Sebastián Rosado

un día después de hacer el amor

entre la bruma

  que se formaba

por el humo de los cigarrillos

en la pequeña buhardilla en donde refocilaban

como gacelas

o hipopótamos heridos

entre las sábanas arrugadas

y los olvidos

 

Yo también, Piel Divina, yo también

me he acostado

con todos los poetas

no de México sino del mundo

y no siempre he estado acostada

                               a veces parada, a veces de rodillas

a veces bañándome en sudor, a veces con frío

a veces arriba y a veces abajo

                                                como la vida

salvándome siempre de inquirir

en las tiranías post encuentro

porque los poetas tienen sus formas particulares

de hacer el amor

 

parece que te escribieran versos en los entresijos

versos invisibles

que se borran al secarse la tinta de saliva

pero la poesía queda allí

sembrada bien adentro

de mi vientre infecundo

de mi cuerpo flaco y amoratado

del cual se ha exprimido toda belleza

como un limón seco y olvidado en la basura

cuyo jugo se usó para engalanar un ron

 

porque los poetas son vampiros de la belleza

y te la arrancan con cada embestida

con cada caderazo, con cada caricia

pero la regalan también entre humo

y aliento etílico y besos de medialuna

 

Acostarme con poetas me gusta tanto

aunque no tengan ni dónde morirse

y las manos siempre manchadas

 

que no me importa

y dejo que me ensucien

de tinta y humo y alcohol y sudor

quién sabe si del semen

también nacen

palabras.

 

 

JORGE ARTURO MORA

 

  

 

¿Qué esconde la arena bajo su piel?

 

 

Porque mi puño esconde una magnolia

Mi casa a sus fantasmas silentes

Mi sueño a quienes andan de puntillas

Mi barrio a brujas del tercer mundo

Y mi poema a la mentira más grande:

que al excavar infinitamente en la playa

encontraremos el fin del planeta

 

NATALIA MARTÍNEZ CALDERÓN

 


 

Estado fisiológico

 

 

1

 

La bacteria virus o célula que reacciona

contra sí misma pone en marcha

un orden del interior distinto, que se configura

alrededor de la amenaza y protege

lo que puede y sacrifica lo que hace falta.

 

Cada vez que el cuerpo enferma

reconoce sus límites:

dónde nace el dolor

y hasta dónde lo extienden los nervios.

 

Qué tanto dolor resiste,

con los años,

cuánto más le toma volver

a su estado fisiológico.

 

Se recupera

por el simple paso del tiempo, pero yo

proclamo la proeza como propia,

como si entendiera como si viera

lo que pasa adentro mío:

yo misma me curé, detuve la sangre,

cerré la herida, apacigüé el vómito

y me levanté del piso del baño sola

sin usar a nadie de bastón.

Todo eso para que, al poco tiempo,

el cuerpo vuelva

vuelvo

a caer en la misma posición.

 

 

2

 

Me arrastro al baño por decimoctava vez en la noche

repto como un gusano herido

ruego por llegar a tiempo el frío de la fiebre

empeora por las baldosas

nadie en el mundo sabe que estoy acá, así

tocando el inodoro con las manos y las mejillas y la lengua

por qué ahora

le digo a la parte del cuerpo problemática: por favor, no más

me arrepiento de haberte dado por sentado

intento imaginarla calcular la distancia que hay

entre nosotras

de este lugar indeterminado hasta las vísceras

para enviarles una señal

a través de los nervios

una orden obedézcanme no lo hacen

intento rezar no recuerdo cómo

hago la promesa: si me curo, voy a

quisiera lamentarme a gritos no lo hago

me queda la vergüenza toda

regreso a la cama me arropo calmo la respiración

me repliego sobre el vientre intento consolarme

pero esto ya no cuenta como cuidado

es supervivencia

cuidado hubiera sido no haber hecho

la culpa infesta el cuerpo mi cuerpo que no tiene la culpa

de que yo crea que no es mía la cura

de que me la escondo

vuelvo a sentirme como una niña y no me queda de otra

que pedir ayuda maldigo los días

en que quise enfermar para que alguien me cuidara

quién

la fantasía de la invalidez

de entregarle el control de la vida a otro no

a otra

decirle a mi madre: no pude con esto, ayúdame

pero ni ella puede enmendar el desastre que hice solo yo podría

pido ser rechazaba y poder traerme sola

el alimento y la medicina otra vez

pero no lo consigo así

durante dos días de sueño profundamente

sudoroso escalofriante paralítico

sueño con el reverso del cuerpo los tejidos húmedos

bombeantes que nerviosos intentan sanar

los tonos de rojo se oscurecen y toda

la sangre que circula es negra me voy pudriendo

el cuerpo está revelando una verdad evidente que

ahora mismo es incomprensible para mí

al tercer día algo sucede: una súbita mejoría

parece que mis plegarias han sido escuchadas

una vitalidad inesperada que se va convirtiendo en insomnio

repaso imágenes de un pasado saludable

fue una alucinación y los síntomas vuelven con más fuerza

todo lo vivo enferma

por un momento parece que conozco a la perfección

la causa de mi malestar su ubicación exacta

las terminaciones de los nervios ya no desmembran

no fragmentan envían una misma señal que me da

la sensación de estar completa

soy todo esto que duele

solo en este estado podría haber escrito esto

lo que no asegura que haya entendido que

enfermar es estar viva.

 

 

3

 

Ya tuve la enfermedad incurable.

Los receptores de muerte recibieron la señal:

¿sobrevives o eliges la apoptosis?,

y todas las células,

algunas más titubeantes que otras,

tomaron la misma decisión.

 

Se aislaron y produjeron la enzima veneno

que les deformó el citoesqueleto,

interrumpió el alimento

y la regeneración,

y destruyó su centro para siempre.

 

Desde entonces, vivo.

Me he regalado la posibilidad

de volver a enfermar.

 

 

NICOLÁS PEÑA POSADA

 

  

Poema del libro El marrano


  

I

 

Chillaba el marrano en el pasto, daba vueltas mientras la sangre regaba pequeñas piedritas negras, las bañaba con su color de tarde

                                     su pellejo de sandía rota.

 

Los primos saltaban de alegría, decían: marrano hijueputa y daban vueltas.

Yo me reía con ellos, y los caballos, al fondo, pateaban las puertas de la pesebrera.

Los caballos relinchaban, pegaban y corcoveaban encerrados, con las rodillas raspadas, queriendo salir.

 

Nos reíamos juntos, pero también en la risa había algo de llanto por el marrano, algo de tristeza por su cuerpo sangrante, por ver su vida yéndose a través del hueco de la aorta donde los chillidos manaban como jazmines.

 

Era diciembre y en diciembre es cuando más marranos mueren en el mundo, o al menos en esta parte del mundo donde se hacen asados para celebrar que llega otro año, que otro año se va, y las familias cantan juntas, cantan mientras comen chicharrón y costillas, cantan juntas: faltan cinco pa las doce el año va a terminar o algo de Guillermo Buitrago para embriagarse un poco por lo que no se hizo, por lo que se hizo, por el amor, y mastican

                                                                                                  y muerden

                                                                                                  y despellejan

felices, ebrios y algo desconcertados también.

 

Era diciembre y el marrano chillaba como doscientos niños golpeados, chillaba y se escuchaba ya la pólvora en las casas vecinas y el campo todo, las montañas, la superficie de los ríos olía a pólvora y a marrano muerto y un poco a aceite Oliosoya recalentado. 

  


II

 

Con un destornillador, Pedro, el amigo de la tía Yolanda, le abrió el cuello al marrano.

 

Dijo: toca ser precisos para que no se dañe la carne.

Dijo: este marrano está bueno, y le jaló las orejas y lo besó.

 

Yo pensé: ¿cómo alguien besa a un marrano que luego va a desollar?

Yo pensé: ese es el beso de la muerte.

 

El marrano tenía un hueco en el cuello, casi un ojo por donde nos miraba y por donde nosotros lo mirábamos a él: un agujero de gusano

                                             un pozo para llegar al centro de su corazón

                                            un túnel largo que terminaba en su ano frágil y salía al mundo.

 

Los primos empezaron a lanzarle piedritas mientras el marrano corría desesperado entre el pasto, con la sangre cayendo

                                         cayendo

                                                cayendo

 

Decían: Yuyu, Yuyu, no te vas a salvar.

 

Le habían puesto Yuyu al marrano porque sí, porque querían bautizarlo antes de verlo morir, porque querían sentir o pensar que el marrano les pertenecía, nos pertenecía a todos en la familia. Y yo con ellos grité: Yuyu, Yuyu, corre, corre mientras le lanzábamos piedritas, mientras el marrano daba vueltas en círculo, mientras los tíos tomaban aguardiente y alistaban los chamizos para prender la hoguera.