Yo
me he acostado con todos los poetas de México
le
confesó Piel Divina a Luis Sebastián Rosado
un
día después de hacer el amor
entre
la bruma
que se formaba
por
el humo de los cigarrillos
en
la pequeña buhardilla en donde refocilaban
como
gacelas
o hipopótamos
heridos
entre
las sábanas arrugadas
y
los olvidos
Yo
también, Piel Divina, yo también
me
he acostado
con
todos los poetas
no
de México sino del mundo
y no
siempre he estado acostada
⎯a veces parada, a veces de
rodillas
a
veces bañándome en sudor, a veces con frío
a
veces arriba y a veces abajo
⎯como la vida
salvándome
siempre de inquirir
en
las tiranías post encuentro
porque
los poetas tienen sus formas particulares
de
hacer el amor
parece
que te escribieran versos en los entresijos
versos
invisibles
que
se borran al secarse la tinta de saliva
pero
la poesía queda allí
sembrada
bien adentro
de
mi vientre infecundo
de
mi cuerpo flaco y amoratado
del
cual se ha exprimido toda belleza
como
un limón seco y olvidado en la basura
cuyo
jugo se usó para engalanar un ron
porque
los poetas son vampiros de la belleza
y te
la arrancan con cada embestida
con
cada caderazo, con cada caricia
pero
la regalan también entre humo
y
aliento etílico y besos de medialuna
Acostarme
con poetas me gusta tanto
aunque
no tengan ni dónde morirse
y
las manos siempre manchadas
que
no me importa
y
dejo que me ensucien
de
tinta y humo y alcohol y sudor
quién
sabe si del semen
también
nacen
palabras.
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