martes, 24 de agosto de 2021


 

RICARDO LABRA

 

 

La culpa, el miedo, la esperanza. El dominio del avispero.

 

 

RODRIGO LOBO DAMASCENO

  

 

2.

 

 

abandono
frío
nubes grises
cenizas en las macetas de las plantas
(sedientas)
skinheads neonazis
en las esquinas (cerca de la augusta,
observan las calles
abarrotadas por sus enemigos–
dante y ovidio suben al autobús
bajo las miradas de los racistas)
fantasmas, zombis, vampiros
la población motorizada
de são paulo
los engranes oxidados
de la paternidad
proyectos poco rentables
más dinero en una avenida
que hojas en todos los árboles de la ciudad
dois poemas do capitalismo tardio

 

De: “Dos poemas del capitalismo tardío”

 

 

PABLO ROMAY

 

  

Mi boca disponible

 


Aunque la noche se vuelque sobre nosotros

la piel se seque

se acabe el mundo

aunque me digas adiós

te sientas distante

no seamos más

que amigos,

mi boca siempre estará disponible

a tus labios.

 

 

JAIME HUENÚN

 

 

 

Umautuli

 

 

Evaristo Huaique yace en la cuneta del camino.
Borracho desde Osorno, dormita largo y ancho entre
los pastos y la fría neblina de noviembre.
La manta de Castilla de su padre lo protege de
los vientos veleidosos; el cuchillo de monte en la
cintura, aleja a los brujos y a los duendes del sueño
y del camino.
Duerme Huaique bajo el cielo de la noche de San Juan.
Duerme y habla en pendenciero castellano,

a los viejos animales de la sangre y del espíritu:

 

No hubo muerte, padre nuestro, no
hubo sangre, no
hubo peuco picoteándome los ojos,
ni un cuchillo brillándose en la noche, ni una
piedra marcándose la frente.
Un caballo hundiéndose en el agua
me nadaba los sueños
hasta el alba
y un cernícalo de aire y de oro
anidaba en mi cabeza
y en mi luz.
No hubo herida, no hubo hambre, sí silencio
en mi mano y en mi oreja izquierda, sí
mariposa roja de la tierra
negra y roja de los campos de San Juan.
Muertos hubo entre las ramas de los árboles
y en el vuelo
de los peces de laguna
y en la flor de topa topa
las abejas
se comían a una muerta dando a luz.
Esto vide, padre nuestro, no
mi muerte,
pues los sueños no son para morir.
Esto vide en los montes
de otra tierra
donde nace y muere el sol
que alumbra al sol.

 

 

EDUARDO LLANOS MELUSSA

 

 

 

Amapola marina

 


Ahora que fulguras desnuda en la penumbra
y me roza el murmullo de tu busto vibrante,
ahora que tus muslos son dos auriculares
latiendo en mis oídos como ríos de música;

ahora que en mis sienes siento dos mordeduras
y tu aliento me deja en la frente un tatuaje,
ahora que tu blusa y tu falda flameante
hieren mi mano ardiente como al diente la fruta:

deshojada ya yaces, amapola marina.
Pescador capturado, encallado velero,
yo también yazgo ahora en tu arena amarilla.

En silencio contemplo el templo de tu cuerpo,
me afano y me afino de oído y de tacto
y oigo bajo tu piel un canto gregoriano.

 

 

ENRIQUE WINTER

 

 

 

Un muro es un muro, aunque le pinten flores

 


Un muro es un muro, aunque le pinten flores

aunque las pinten nueve

compañeros de La Legua Emergencia

un sábado en la tarde: sus pañuelos, sus barbas,

mientras las lacrimógenas caen como el rocío

en la cuadra siguiente.