martes, 10 de julio de 2012



HUMBERTO GARZA





Mañana



No bordaste el pañuelo
que te pedía,
voy a marchar sin él
por esta vida.
Si llego al cielo
no llevaré de ti
ningún recuerdo.

Todos están cantando
mientras te busco
entre los ruidos grandes
que hay en el mundo.
¡Ay, sí yo fuera!
el corazón del astro
que tú deseas.

Ángel de medianoche
cuando te escondes,
quieren enamorarte
los soñadores.
Ángel divino,
quiero escapar del mundo
y volar contigo.

Pétalo mañanero,
vas por el viento,
y mi suspiro en llamas
te va siguiendo.
Allá en los montes
no me confundas nunca
con otros hombres.

Voz de los naranjales,
azul del cerro;
convertido en palabras
marcho del pueblo.
Lluvia de cera
cubre y preserva todo
hasta que vuelva.

FRANCISCO HERNÁNDEZ





Desnuda eres como una calle...


Desnuda eres como una calle
subes, te abres, serpeas, te angostas,
doblas, sigues mis pasos y desembocas.


LUIS MUÑOZ





El sol de la mañana



El sol de la mañana
huele a nuevo.

Crujen las olas dulcemente
sobre la arena oscura:
papel de celofán.

Una vela se infla
Con el viento a favor
y va hacia el mediodía.

El verano, el amor,
dibujan círculos.


ULALUME GONZÁLEZ DE LEÓN






Es el país de Irás y No Volverás



donde los relojes marcan el invierno en punto
y sólo en tu memoria habría primavera
si tuvieras tiempo para recordar
Pero sólo hay tiempo para buscar a la reina blanca
Aquí se congela el corazón y no puede romperse

Aquí se congelan las fuentes del llanto
Aquí se congelan las palabras que designan cosas de colores
y sólo sobrevive la palabra de su nombre
Pero tú no sabes cómo se llama la reina blanca
Se sabe poco de la reina blanca:

que habita un silencio sin ventanas
que habita el castillo de Salsipuedes
que habita el lugar del frío
Se sabe poco de la reina:

que es completamente blanca
que ni pensando todas las rosas juntas
se podría armar un arrebol en sus mejillas
y que ni con todas las alas de todos los pájaros
se podría emigrar de su invierno en punto
Se sabe poco de ella
Pero no necesitas más para buscarla
ni necesitas más para encontrarla
y avanzar alejándote de ella para siempre
y descubriendo que ya no dejas huellas sobre la nieve
y descubriendo cómo pierdes toda prueba de la vida.

IRENE DUCH GARY





Vientre de mar



Beso tus labios de arena
tu vientre de mar,
para beberme toda la sal
todo el silencio
de tu cuerpo de náufrago
y llenarme de ti
de las nostalgias,
los olvidos
y, por qué no,
de los fulgurantes latidos de tu alma.