jueves, 19 de diciembre de 2024


 

JORGE VALDÉS DÍAZ-VÉLEZ

 


 

Intaglio

 

 

Madrid no sabe
llover, pero se moja
muy suavemente

de vastedad su cielo
cuando lo borra el agua.

 

RAÚL GARDUÑO

 

 

 

Puerta de infancia

 

 

De aquellos los primeros desastres
–restos de nuestro nacimiento
trasladados al pueblo de las flores–
sólo quedó la piedra,
la cabeza de la piedra en el corazón desierto,
la alta ciudad que nos habita
como una puerta abierta al mar
(ojo de la cerradura,
melodía de guerra en nuestra causa)
y el viento, sólo quedó el viento,
las generaciones de inmensidades del viento,
los cielos de nieve
como regiones de la memoria del viento,
los dedos rojos del verano que nos quemaba al viento.

Al pie del árbol,
junto al muro de la sombra,
frente al ahogado de la ventana,
el mundo es una boca torva,
una torva palabra.

Somos ahora las vasijas del día suspendidas
en los volúmenes inexplorados de la noche.

Y estos pasos de bosques en la profundidad.

CAROLINA ESCOBAR SARTI

 

 

 

Y azúcar

 

 

Trituraré la caña
y cuando hable
será jugo para ti.

Se hará nada
en los laberintos
de tu pensamiento
y endulzará el ayuno
de tus recuerdos.

Se derramará
pegajosa
entre tus dedos
te provocará
te llamará
te comerá por dentro.

Se derretirá
en tu boca
y labrará
el musgo abrazado
a tu cuerpo.

Cuando el agua
te rebalse
la ira del colibrí
le pondrá miel
a tu palabra.

 

 

ABRIL MEDINA

 

 

 


Detener un pensamiento
acantilarlo rápidamente
no despedirse de nadie en la memoria
no mover un objeto tantas veces que pierda sentido
no volver a resbalar eso que sea, que se detenga entre las manos
decir que sí
que sólo eres amable porque hay adentro un perro bravo y no le gustan
le cabrean las groserías

FRANÇOISE ROY

 

 

 

Eternidad III

 

 

Yo, expectativa de trazo, animal invisible aullando sigiloso en la paciente mirada de la eternidad, inclino la tiara hasta comer y borrar su luz.
          Fracturándose su dolor, los muertos caen como esos pájaros del antes. ¿Qué atuendo espera la noche en su sorbo, su fragor, su frente caída en el polvo? ¿Tomarán el pasado en sus manos equivocadas? ¿Qué viento, qué piedra tragarán? ¿Cómo reducirán ellos el trazo sobre el lienzo, con el viento de aquí, del hoyo, equivocando el solemne ahora?
          Llénenme, que muertos, de paisajes de ahora.
          ¡Qué extraviados! ¡Qué detenidos! ¡Qué esmeril les desvanece el paciente rostro con su atuendo de pañoleta?
          Habrá cómo: lo que pase recorrerá su boca, detenido.

 

LUIS CERNUDA


  

 

El andaluz

 

 

Sombra hecha de luz,
que templando repele,
es fuego con nieve
el andaluz.

Enigma al trasluz,
pues va entre gente solo,
es amor con odio
el andaluz.

Oh hermano mío, tú.
Dios, que te crea,
será quién comprenda
al andaluz.