"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
jueves, 13 de agosto de 2020
OSIP MANDELSTAM
El sonido sordo y
cauteloso del fruto...
El sonido sordo y
cauteloso del fruto
Que cae del árbol,
En medio de una incesante melodía
Del profundo silencio del bosque...
Que cae del árbol,
En medio de una incesante melodía
Del profundo silencio del bosque...
1908
Versión
de Jorge Bustamante García
ELIZABETH BARRETT BROWNING
La Primera vez que él me
besó
La primera vez que él me
besó,
Fue sobre estos dedos que ahora escriben;
Y desde entonces han crecido en pura palidez,
Lentos para estrechar otras manos,
Y lascivos para acariciar sus labios
Mientras los ángeles suspiran.
Aquel anillo de amatista
Permanece lejos de mi vista,
Desde que ese primer beso
Bendijo su antiguo hogar.
El segundo pasó más alto que su ancestro,
Y buscó la frente, fallando a medias,
Derramándose sobre mis cabellos,
Superando toda recompensa.
Esa fue la cima del dolor,
La corona misma del amor.
Con santificadas dulzuras
Procedió el tercero,
Sobre mis labios, presionándolos
En un púrpura suave, perfecto.
Desde entonces, ciertamente,
He dicho plena y orgullosa:
Mi Amor, sólo mío.
Fue sobre estos dedos que ahora escriben;
Y desde entonces han crecido en pura palidez,
Lentos para estrechar otras manos,
Y lascivos para acariciar sus labios
Mientras los ángeles suspiran.
Aquel anillo de amatista
Permanece lejos de mi vista,
Desde que ese primer beso
Bendijo su antiguo hogar.
El segundo pasó más alto que su ancestro,
Y buscó la frente, fallando a medias,
Derramándose sobre mis cabellos,
Superando toda recompensa.
Esa fue la cima del dolor,
La corona misma del amor.
Con santificadas dulzuras
Procedió el tercero,
Sobre mis labios, presionándolos
En un púrpura suave, perfecto.
Desde entonces, ciertamente,
He dicho plena y orgullosa:
Mi Amor, sólo mío.
ROBERT BRIDGES
He amado flores que se
marchitaron
He amado flores que se
marchitaron,
Dentro de cuyos mágicos pétalos
Ricos colores se mezclan
Con olores de dulces esencias:
El deleite de la luna de miel,
La alegría de un amor a primera vista,
Sensaciones que envejecen en una hora
¡Mi poema es como esa flor!
Dentro de cuyos mágicos pétalos
Ricos colores se mezclan
Con olores de dulces esencias:
El deleite de la luna de miel,
La alegría de un amor a primera vista,
Sensaciones que envejecen en una hora
¡Mi poema es como esa flor!
He amado aires que mueren
Antes de que su encanto haya sido escrito
A lo largo de un cielo líquido
Que tiembla para recibirles.
Notas que, con el pulso de fuego,
Proclaman el deseo del espíritu,
Y entonces mueren, y se van a ninguna parte
¡Mi poema es como ese aire!
Antes de que su encanto haya sido escrito
A lo largo de un cielo líquido
Que tiembla para recibirles.
Notas que, con el pulso de fuego,
Proclaman el deseo del espíritu,
Y entonces mueren, y se van a ninguna parte
¡Mi poema es como ese aire!
Muere, poema, muere como
una exhalación,
Y marchita como una flor;
No temas una muerte florida,
¡No temas una tumba de aire!
¡Vuela con deleite, vuela!
Es este el sentido de tu amor.
Para festejarlo, ahora en tu féretro
La Belleza verterá una lágrima.
Y marchita como una flor;
No temas una muerte florida,
¡No temas una tumba de aire!
¡Vuela con deleite, vuela!
Es este el sentido de tu amor.
Para festejarlo, ahora en tu féretro
La Belleza verterá una lágrima.
JUAN CARLOS SUÑEN
28
(Vuélvase harina el pan bajo su blusa,
28 levadura el azogue en su espejo de leche.
Vuélvase tierra el diezmo,
harapo el atavío,
Hágase enigma mineral su tumba
que allí seguirá el hule).
De:
"La prisa"
LUIS LLORÉNS TORRES
Barcarola
Déjame, niña, bogar,
en el esquife de un verso,
por el oleaje perverso
de tus pupilas de mar.
Quiero en ellas desafiar
las rachas de tu ilusión,
y que una ola de pasión
me envuelva en sus espirales,
me ahogue entre sus cristales.
y me hunda en tu corazón.
en el esquife de un verso,
por el oleaje perverso
de tus pupilas de mar.
Quiero en ellas desafiar
las rachas de tu ilusión,
y que una ola de pasión
me envuelva en sus espirales,
me ahogue entre sus cristales.
y me hunda en tu corazón.
MARIANO BRULL
Desnudo
Su cuerpo resonaba en el
espejo
vertebrado en imágenes distantes:
uno y múltiple, espeso, de reflejo
reverso ahora de inmediato antes.
vertebrado en imágenes distantes:
uno y múltiple, espeso, de reflejo
reverso ahora de inmediato antes.
Entraba de anterior huida
al dejo
de sí mismo, en retornos palpitantes,
retenido, disperso, al entrecejo
de dos voces, dos ojos, dos instantes.
de sí mismo, en retornos palpitantes,
retenido, disperso, al entrecejo
de dos voces, dos ojos, dos instantes.
Toda su esencia estaba —en
su presencia—
dilatada hasta el próximo asidero
del comienzo inminente de otra ausencia:
dilatada hasta el próximo asidero
del comienzo inminente de otra ausencia:
rumbo intacto de espacio
sin sendero
al inmóvil azar de su querencia,
¡estatua de su cuerpo venidero!
al inmóvil azar de su querencia,
¡estatua de su cuerpo venidero!
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