"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
jueves, 24 de noviembre de 2016
ENRIQUE MORÓN
Oda a la
circunferencia
Se quebraron los bordes del polígono
y se hicieron flexibles las aristas.
La mañana es redonda y en sus curvas
hay labios circulares y sonrisas.
¡Oh, los giros del monte, los recodos
de las aguas plurales, cristalinas!
¡Oh, las aves que vuelan y consiguen
amenizar silentes geometrías!
¡Contornos de mujer. Pechos que buscan
el hueco justo y frágil de la brisa!
¡Caderas de metal, muslos guijarros,
oscuros ojos y mejillas nítidas!
Todo gira, se mece, se transforma,
su vuelve luz en la fragancia tibia
de la rosa de abril que se abre y vive,
porque vivir es causa curvilínea.
Como un coso de fiestas y clamores
quedó en la luz la curva concebida:
metamorfosis de la línea recta;
principio y fin de cuerpos y de aristas.
De: "Odas numerales"
Se quebraron los bordes del polígono
y se hicieron flexibles las aristas.
La mañana es redonda y en sus curvas
hay labios circulares y sonrisas.
¡Oh, los giros del monte, los recodos
de las aguas plurales, cristalinas!
¡Oh, las aves que vuelan y consiguen
amenizar silentes geometrías!
¡Contornos de mujer. Pechos que buscan
el hueco justo y frágil de la brisa!
¡Caderas de metal, muslos guijarros,
oscuros ojos y mejillas nítidas!
Todo gira, se mece, se transforma,
su vuelve luz en la fragancia tibia
de la rosa de abril que se abre y vive,
porque vivir es causa curvilínea.
Como un coso de fiestas y clamores
quedó en la luz la curva concebida:
metamorfosis de la línea recta;
principio y fin de cuerpos y de aristas.
De: "Odas numerales"
JUAN ANTONIO GONZÁLEZ IGLESIAS
son las cosas más santas»
Yeats
He detenido el vuelo de las aves,
el canto de los pájaros
para cantar la gloria de Dios en tu cintura,
tu torso receptivo de claridad a oscuras,
boxeador diminuto entre mis brazos.
Por ti
me convierto en amor varias veces al día.
Amo tu cuerpo simple y masculino.
Vámonos al combate de los muchos asaltos.
He leído el tratado geométrico de Euclides
antes de acariciarte. Sólo quiero que estemos
las próximas diez horas
perfectamente interconectados.
De madrugada llego a tu garganta.
El lugar de tu lengua, yo lo tomo.
y aunque ahora podría erigirme en un nuevo
portavoz de la joven poesía en llamas,
prefiero ser el hombre que es capaz del silencio,
y así, con los residuos más pobres del lenguaje
celebro la presencia de tu cuerpo en mi vida.
JUAN CUNHA
El pajarito y el pez...
El pajarito y el pez
Éste abajo aquél arriba
O justamente al revés
Según de donde se mira
Al uno le ves el lomo
Pues y al otro la barriga
Cuestión de situar el ojo
y en cada caso entrever
La cauda la coda el codo
De modo que toda vez
Las mires de todos lados
y más que nada al través
Sale el signo inesperado
La señal que yo me sé
y hasta el indicio olvidado
El pajarito y el pez
Éste abajo aquél arriba
O justamente al revés
Según de donde se mira
Al uno le ves el lomo
Pues y al otro la barriga
Cuestión de situar el ojo
y en cada caso entrever
La cauda la coda el codo
De modo que toda vez
Las mires de todos lados
y más que nada al través
Sale el signo inesperado
La señal que yo me sé
y hasta el indicio olvidado
De: "A solicitud de los pájaros"
ÁNGEL CRUCHAGA
Es mi
corazón como una cúpula
llena de cantos. Hacia él suspiran
los mares y los ríos de este mundo.
Y todo este vibrar se vuelve al cielo
como en las alas de un arcángel hondo.
Me siento perfumado como un fruto
por la desgracia; pero siempre llevo
la música y la miel de mis abejas.
llena de cantos. Hacia él suspiran
los mares y los ríos de este mundo.
Y todo este vibrar se vuelve al cielo
como en las alas de un arcángel hondo.
Me siento perfumado como un fruto
por la desgracia; pero siempre llevo
la música y la miel de mis abejas.
Yo sé
que ni el amor consolaría
este duelo solemne de mi sangre.
¡El que ha volado mucho ya no puede
ver más que cruces en el horizonte!
este duelo solemne de mi sangre.
¡El que ha volado mucho ya no puede
ver más que cruces en el horizonte!
ALEJANDRO DUQUE AMUSCO
Análisis de la luz
Desde las márgenes del negro al blanco,
desde el aire a la tierra,
con qué vestidura sigilosa, con qué dureza
ruedas por un manto de porosidades,
azar, entretejida estrella, dardo solar,
lengua de luz huidiza
hacia las letras claras del vacío.
En la hodierna de la necesidad
tu nombre cede al ser,
y eres la piedra ardiente,
la cosmogonía de la llama,
el balbuceo del origen,
pulsión y anulación,
la flor que suma todos los colores,
la palabra que no tiene sílabas,
la liturgia profunda de la carne,
la serpiente de la anamorfosis.
Azar, azar, rosa vital,
espectro fugitivo.
De:"Del agua, del fuego y otras purificaciones"
LEO MERCADO
26
soy
miope
y
camino por la cuerda floja
a
veces
el
valor se confunde con el aturdimiento
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