viernes, 31 de agosto de 2012


MARÍA CINTA MONTAGUT







No existe el mar esta mañana...



No existe el mar esta mañana
Porque todo comienza.
No existe el mar
Ni tiene límites mi cuerpo
Ni conozco la música,
Sangre sin sonido,
Súplicas vertidas en mi copa,
Dolor con alas,
Tímida apariencia de verdad
Y el viento,
Esta mañana.
Húmedo silencio de lejanía y nada
Como la brisa que respira el alba,
Tañido incierto,
Camino sin frontera en la mirada
No mar
No mañana.
Eterna voluntad. Desnuda el agua.



JORDI DOCE





Contacto


Escuché tu canción
en el silencio de la noche.
De dónde venía o por qué
pareció atravesarme el corazón
como brusco zarpazo impredecible
son razones que supe sin saber.
Y tú no estabas, tú no debías estar
para que tu canción llegara
con la fuerza de un salto, de una flecha,
con el simple deseo de otro cuerpo
que ha hecho de la espera su deseo.

De "Lección de permanencia"

FERNANDO PESSOA






Autopsicografía



El poeta es un fingidor.
Finge tan completamente
Que hasta finge que es dolor
El dolor que de veras siente.

Y quienes leen lo que escribe,
Sienten, en el dolor leído,
No los dos que el poeta vive
Sino aquél que no han tenido.

Y así va por su camino,
Distrayendo a la razón,
Ese tren sin real destino
Que se llama corazón.

SERGIO GARCÍA




La Estrella ha muerto…


                                                         
La estrella ha muerto

Pero su luz
viajara
mucho tiempo
antes
que el ultimo
destello
deje
de iluminar
el cielo.



DAVID N. CAMPOS






Recorrer el vacío


Esta respiración desconocida sin
más pasos que recorran el vacío,
escondernos en la risa impotente,
buscar debajo del pasado por la llave
del borde del abismo.
Salta, salta al inminente
y desolado anhelo, abrázalo por no
abrazar nada, sufre
entre las piedras brillosas
                                        esponjas
date a la molestia de molestarte
ama las prendas empolvadas de los viajes.
Pero juega
si es que has jugado alguna vez
aplaza la carga de los años
entrégate a las rodillas lastimadas
ignorantes.
Que no hay más que los días y las noches
el Sol se va cansando de alumbrar
su grito será el clímax de un final
el llanto ardiente, ardido,
todas nuestras luchas yacerán en el viento;
justo antes del corazón carbonizado
sentiremos al amor arder
todo lo inútil, lo ciego, lo triste
de habernos aferrado a eso que
alguna vez creímos nuestro deber.
Vivir.