"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
martes, 4 de diciembre de 2018
MARGARITA LASO
bautista empuña los cabellos de mi nuca
y la cuerda del cuello doblega
fragoroso
y la cuerda del cuello doblega
fragoroso
hidráulica
la yugular bombea su cauce
y pasos de pestañas
rozan mis sienes
como veloces pisadas de perdices
y pasos de pestañas
rozan mis sienes
como veloces pisadas de perdices
bucéfalo
bramante
los labios despliega
sobre el riel perpendicular de mi columna
cepo de bíceps amenaza quebrarme
las costillas
y cerca de mi boca sus mordiscos
son brevas maduras
los labios despliega
sobre el riel perpendicular de mi columna
cepo de bíceps amenaza quebrarme
las costillas
y cerca de mi boca sus mordiscos
son brevas maduras
préndeme
bautista
crótalos vertebrales
bailan descalzos
bajo tu brazalete
y al pozo de mi clavícula
van las moras encarnadas
que sorbes
bautista
crótalos vertebrales
bailan descalzos
bajo tu brazalete
y al pozo de mi clavícula
van las moras encarnadas
que sorbes
besa la
arena sobre la que pondrás
mi espalda
captura del pecho los pistilos
que en tus belfos ampollas
animal de las llamas
mi espalda
captura del pecho los pistilos
que en tus belfos ampollas
animal de las llamas
bautista
bárbaro hambriento
al alba caes con mis quejas
me vas a separar
me vas a separar
me vas a separar
al alba caes con mis quejas
me vas a separar
me vas a separar
me vas a separar
De: “Queden en la lengua mis deseos”
ROGER WOLFE
1. Sofisma
Y ahora
que estás
en España
que como
ya sabrás
es un país
en el que impera
el Estado
de Derecho
nunca olvides
que tu libertad
termina
donde empieza
la libertad
de los demás
le dijo
el funcionario
del Ministerio
del Interior
al inmigrante
magrebí.
que estás
en España
que como
ya sabrás
es un país
en el que impera
el Estado
de Derecho
nunca olvides
que tu libertad
termina
donde empieza
la libertad
de los demás
le dijo
el funcionario
del Ministerio
del Interior
al inmigrante
magrebí.
MARÍA ROSA LOJO
Transparencia
Todos
los atardeceres la mujer se sienta en el patio de la casa. Si alguien la
acompañara vería como su cuerpo se vuelve transparente al compás de la sombra.
Primero surge un mapa encendido de venas y de vísceras, luego, más abajo, una
población de huesos huecos por donde el viento corre como un golpe de música.
La mujer sonríe y levanta un brazo en la noche incipiente. Unos minutos más y se
apagará el resplandor del hueso iluminado por canciones remotas y ocultará la
piel el color de la sangre. Cuando todo concluye, ella guarda la silla bajo el
alero y vuelve a la cocina, llevándose el secreto de la transparencia del
mundo.
ELIZABETH SOBARZO GAONA
XI
Ya se
encajaron en mis uñas los recuerdos
ya se vino el peso de la marea agria
no tengo dedos para remendar el tiempo
perdí mi costurero de primer auxilio
y nado en busca del tercero quinto y grito
pero estoy bajo el enjambre de las gaviotas
y nadie escucha a este hígado encangrejado
se trenza y abate junto al sargazo
lejano sin orillas
donde soy experimento de las conchas rabiosas
que me dan de su espuma para aliviar mi muerte
ya se vino el peso de la marea agria
no tengo dedos para remendar el tiempo
perdí mi costurero de primer auxilio
y nado en busca del tercero quinto y grito
pero estoy bajo el enjambre de las gaviotas
y nadie escucha a este hígado encangrejado
se trenza y abate junto al sargazo
lejano sin orillas
donde soy experimento de las conchas rabiosas
que me dan de su espuma para aliviar mi muerte
De: “Poemas para arrullar a los ojos
hormigueros”
LUIS GARCÍA MONTERO
Canción sin nadie
En el
décimo B
no
amanecen los días y las noches
ya no
tienen un sueño para el amor o el miedo.
Tras
las ventanas sucias,
de la
mujer ausente nadie sabe.
Sus
paredes la dan por desaparecida.
Una
mujer ausente
y el cisne
negro de la soledad
que se
posa en un lago de luz desalquilada.
Ya
nadie sabe nunca.
Pero
alguien que pasa sin saber
piensa
que el viento flota con olor a cerrado.
Sol de
los vertederos, animal sin orgullo
que
lames las montañas
de
papeles heridos y de palabras secas,
con tu
docilidad de botella vacía,
eres el
dueño del amanecer.
Viejo
sol humillado
entre
las vigas del crepúsculo
para
que giren a tu alrededor
la ley
de lo podrido, la memoria y el fango,
eres el
dueño del amanecer.
Sol de
las vías muertas,
tan
hostil a las ruinas con infancia
como un
caballo de cartón inmóvil
bajo
los utensilios que buscaban el óxido,
eres el
dueño del amanecer.
Y por
el caos de tus aguas
navega
el cisne oscuro
que no
conoce la melancolía.
TERESA CALDERÓN
Poetas
¿El
poeta nace o se hace?
Desafío de la página en blanco
o de la mente en blanco del poeta
Cada poeta como un blanco
de la artillería de los otros poetas
Entre poetas no nos vendamos pailas de cobre.
Desafío de la página en blanco
o de la mente en blanco del poeta
Cada poeta como un blanco
de la artillería de los otros poetas
Entre poetas no nos vendamos pailas de cobre.
Un
poeta es un poeta
poeta de tiempo completo peso completo
poeta medio gallo pesado
Poeta virgen que le copia a todos
Pendenciero belicoso curagüilla bacán tollero
fullero hombre mujer de la calle la ciudad la academia
Poetas que no están ni ahí con nadie
porque nadie está ni ahí con ellos.
poeta de tiempo completo peso completo
poeta medio gallo pesado
Poeta virgen que le copia a todos
Pendenciero belicoso curagüilla bacán tollero
fullero hombre mujer de la calle la ciudad la academia
Poetas que no están ni ahí con nadie
porque nadie está ni ahí con ellos.
Un tipo
que se las cree todas
que la poesía es una isla y hay que llegar como sea
a aletazo limpio aplica la eutanasia
En su opinión casi todos los poetas son malenas
no tienen nada que decir
El poeta es un dios cuando sueña
y un mendigo cuando piensa
cómo liquidarle la reputación a otro poeta.
que la poesía es una isla y hay que llegar como sea
a aletazo limpio aplica la eutanasia
En su opinión casi todos los poetas son malenas
no tienen nada que decir
El poeta es un dios cuando sueña
y un mendigo cuando piensa
cómo liquidarle la reputación a otro poeta.
Algo
así como que un poeta es un poeta
y dos son multitud.
y dos son multitud.
Confieso:
Yo antes era un pecador
también escribía poesía
Pero el Señor se apiadó de mí
me iluminó y dejé de escribir.
también escribía poesía
Pero el Señor se apiadó de mí
me iluminó y dejé de escribir.
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