miércoles, 8 de mayo de 2013

FUERTE DE SAN JOSÉ EL ALTO, CAMPECHE

JORGE JULIO ECHEVERRI




  
Interior

  
Entre el cenit
y el nadir
de mis huesos
tu sombra de ceniza crece
mientras un ratón de olvido
roe mi antiguo corazón de queso.

GUILLERMO SEPÚLVEDA





Canción de la amada


Cada noche voy a ti, amada errante.
Tu pie, de largos caminos en exilio,
tiene su huella dulce en el amor.
Yo voy por tu cuerpo, poro a poro,
me arrastro por tu cuerpo y por tu voz
y en las noches de sádica locura
las palabras se olvidan de los dos.
Tus caricias son crueles.
En tus labios hay amor.
El cilicio de tus dientes tiene sangre
de otra noche de pavor.
En tus muslos hay espinas que padecen.
¡Y hay un Ángel prisionero entre los dos!
Cada noche voy a ti, amada errante
y es oscura cada noche de tu amor.


JORGE BUCKINGHAM






Terciopelo azul



Las suaves pinceladas de una noche inefable.
El inefable murmullo de una tímida voz.
El tímido palpitar de un alma rota.
La poesía rota de mis ojos dormidos.
¡No quiero más fantasía!

El dulce susurro de mi sirena sensual.
La sensual rapidez de tus pálidos dedos.
La pálida blancura de tu rostro marchito.
El tiempo marchito del claro de luna.
¡No quiero más fantasía!

La tranquila armonía de tu cuerpo desnudo,
El desnudo recuerdo de tu seno dorado.
El intento dorado de capturar el océano.
¡Sólo quiero real fantasía!



ALDO PELLEGRINI


  


Pesadilla litúrgica




La llama se extingue

la calle sembrada de cenizas

las mujeres comercian con el fuego

los enemigos marchan de la mano

las lágrimas brotan de las puertas

los ciclistas ruedan sobre los principios morales

el gran órgano de la catedral

el humo

gris

una canción sorda

una llama sorda

la alegría hace estallar las venas de los ángeles

un gemido alucinante guía los pasos del sacerdote hacia el deleite

el asombro es rojo

un líquido gotea sobre el altar

la sangre la fugacidad la desnudez

la desnudez la inmortalidad

los ojos como relámpagos, las mejillas veloces

las lágrimas no brotan

tormenta de la fugacidad

lo eterno se paraliza

los ciclistas corren detrás de la indiferencia

el sacerdote acompaña con los ojos la danza

geometría de lo agónico

suspendida en el centro de la mirada

está la desnudez

¿habrá alguien que pueda comprender nuestra fiesta?



SERGIO GARCÍA ZAMORA





El Pintor

  
Ni el camino y los cipreses
ni la noche con su arcano
ni el vasto amor del hermano
ni los campos y las mieses.
No valen gestos corteses
ni la amistad y sus ritos;
ninguno de aquellos mitos
podrán devolver tu calma.
Los suicidas tienen alma
de girasoles marchitos.



FRANCISCO HERNÁNDEZ




  
54


En una Isla como esta Isla,
traer a la memoria el cuerpo de una mujer
es sucumbir a un mapa donde los puntos cardinales
Son uno solo, con dirección a un solo lugar:
el Estrecho de las Cuerdas Frotadas.

De “Una isla de breves ausencias”