Canción de la amada
Cada noche voy a ti, amada errante.
Tu pie, de largos caminos en exilio,
tiene su huella dulce en el amor.
Yo voy por tu cuerpo, poro a poro,
me arrastro por tu cuerpo y por tu voz
y en las noches de sádica locura
las palabras se olvidan de los dos.
Tus caricias son crueles.
En tus labios hay amor.
El cilicio de tus dientes tiene sangre
de otra noche de pavor.
En tus muslos hay espinas que padecen.
¡Y hay un Ángel prisionero entre los dos!
Cada noche voy a ti, amada errante
y es oscura cada noche de tu amor.
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