jueves, 23 de junio de 2022


 

EDUARDO EMBRY

 

 

150.000.000.000

 

 

La luz del sol recorre
150.000.000.000 de kilómetros
en 8 minutos y 19 segundos;
no hay discusión: entre el Sol y la Tierra
nada es nuevo en el horizonte,
todo es preciso: nadie ha podido remover
ninguna hoja caída de un árbol;
todo está intacto: ni los ruidos de las motocicletas
que pasan veloces por la calle,
ni el alboroto de amor
que hacen mis vecinos
al otro lado de la muralla;
eso es lo que pienso:
lo único impreciso, lo vulnerable,
es el romanticismo, las flores
que te traigo,
que después de un breve tiempo
se secan, se arruinan.

 

 

ESTHER DE CÁCERES

 

 

 

La fuente

 

 

Entre árboles extáticos
y flores soñolientas,
cuando todos los astros del verano
caen sobre los jardines con ardiente cadencia
tus surtidores cantan
sobreviviendo!

Remotas aguas, columpiados barcos
descansan en tu dulce cara quieta.
Tus tranquilos mármoles
se dan al aire y sueñan
y la gran noche mágica
del jardín se levanta
para ver nuestro encuentro.

La muchedumbre de las fuentes canta
por esta sola boca tuya ¡Fuente!

Ya puedo amar sin vértigos
este espejo de sombras, este canto;
porque ciñes los mares de mi ser en la noche
y detienes el Tiempo!

 

 

JULIO VICUÑA CIFUENTES

 


 

Huéspedes eternos

 


Guardo, para alivio de mis penas hondas
en lo más oculto de mi pecho huraño,
una cabellera que se riza en ondas
y unos ojos bellos de color castaño.

Si la reina mía, caprichosa a veces,
me esconde sus gracias -¿desdén, egoísmo?-
por templar el hielo de sus esquiveces,
algo de ella busco dentro de mí mismo.

Y hallo, confundido con mis penas hondas
huéspedes eternos de mi pecho huraño,
una cabellera que se riza en ondas
y unos ojos bellos de color castaño.

 

BOŽIDAR PROROČIĆ

 

 

 

Obsesión

 


A ti te escribo, obsesión mía

que me embriagaste con tu belleza;

en la noche silenciosa del aroma de los tilos,

el secreto indecible de mi Cetinje.

 

La noche te

esconde de todos los demás   

y te regala a mi mirada soñolienta;

largos pensamientos, secretos en soledad

y de nuevo eres irreal y mía;

esta noche de nuevo busco tus ojos.

 

Versión de Zeljka Lovrencic

 

 

MANUEL ANDROS FLORES

 

  

Lo que beben los amantes

 

 

La copa dulce,
el hueco de la mano
donde beben los amantes apasionados
saliva, sudor y semen.
Calman la sed del cuarzo,
esa combustión interna
bajo la piel entregada
buscando zonas equidistantes
entre gemidos y melodías triunfales.
El yin y el yang se beben a sí mismos.
El placer sublime de la celebración,
aceite de oliva, ron y granadina
mientras el mundo gira alrededor
de dos pequeños soles.

 

ROLANDO CÁRDENAS

 

 

 

Signos visibles

 

 

Desde adentro de la distancia
regresaremos hacia los frutos
guardados en el rincón propicio.
Nada cambia en la casa.
El sol arroja su luz todos los días,
siempre una nueva piel al tacto.
Mensajero de buenas venturas, va y viene
y se queda dormido en su ritmo,
en sus pliegues más hondos
para proteger intocados el sueño de sus seres.
Moradores somos de su presencia,
un recuerdo de tierra o madera mojada
poblados de su fecundidad
vigilia para comarcas y rumores de árboles nocturnos.
Pero un signo visible es la ausencia.
En tu nueva habitación,
es el alimento.