viernes, 25 de mayo de 2018


GUSTAVO OSORIO DE ITA





II
[Noche Estrellada]



hoy que bebes los azules más nocturnos, Vincent,
qué si no el turbio cielo
cabe entre las ventanas
de la demente víspera
de Saint-Rémy-en-Provence?

a quién, contesta Vincent, le podría
como a ti perturbar esta cadencia
de los astros en fuga el tropel enervante y el ríspido crujir
de los inmensos engranes del tiempo
ahora cuando el mundo entero duerme?

y cómo si no absurdo
si ya febril convulso
loco paria vesánico
podrías combar la noche
y desgarrar todas tus sombras, Vincent,
y hacerte de la luz?
Cuatro retratos para Vincent


EZRA POUND





Erat Hora




"Gracias, venga lo que viniere" y volviéndose,
como un rayo de sol sobre flores colgantes
ensombrece cuando el viento las alza a un lado.
Me dejó. No, venga lo que viniere
Hubo una hora iluminada por el sol, y los más altos dioses
no pueden jactarse de nada mejor
que de haber contemplado a su paso esa hora.


MING DI





Tortugas de mar



No me decepcionaron. Me sorprendieron.
Me abrumaron con su enorme tamaño.
Las vi desovar la noche anterior. Dejé
de respirar. Las miré con asombro. Pasarían
cien días para que los huevos se convirtiesen en pequeñas tortugas
antes de que pudieran nadar de vuelta al mar.
Ahora vuelve a ponerse el sol, cientos de pequeñas tortugas
de los huevos colocados hace cien días se arrastran fuera
de los agujeros. Huelen las algas marinas y dan la vuelta a sus cuerpos
y se arrastran con fuerza hacia el mar. Nos paramos en línea
viéndolas regresar a casa, las lágrimas se arrastran por nuestros ojos.
Nadie dice una palabra. Miramos y nos desplazamos con ellas.
Nos detenemos al borde del mar y decimos “nos veremos de nuevo” silenciosamente.




LETICIA HERRERA





Maleable



de vocación insular a remolino
me bastan tus ojos rasgando
mi corazón papel de china

atracadero de tus brazos
madero oliendo a su árbol
me apoltronaré en la tierra
hasta que vengas

hay rutas de estrellas que nadie sigue
por tres monedas te diré la suerte
Roma esperó y hago lo mismo

en el tiempo de las nueces la sed
pero si llama tu voz entibiezco
gacela desprevenida se me doblan las piernas

en el azul imposible armo el olvido
cebra indistinta entre la fronda
rota amaneceré cuando tus brazos



CINZIA MARULLI





El féretro de Cinzia



Cuando  me muera
y ustedes me pongan en un féretro todavía abierto
y yo me siente allí con ustedes y mire mi cuerpo
quizá les vea llorar y no entienda el por qué
todos ustedes  seguirán mirando dentro de mi féretro
darán las últimas caricias a un cuerpo ya vacío
alguien incluso me besará y quien se ha portado mal conmigo
en mi vida tal vez  sentirá pena por mí y hasta se arrepentirá
todos pensarán que yo estoy en esa caja de madera
y nadie, sin embargo, se dará cuenta de que
estoy sentada allí, con ustedes.
  

De: “Las mantas de dios”


EFRAÍN HUERTA





V. Altura



Estoy
Exactamente
A
Un metro
Con 74 centímetros
Sobre
El
Nivel
Del mal