viernes, 25 de mayo de 2018

MING DI





Tortugas de mar



No me decepcionaron. Me sorprendieron.
Me abrumaron con su enorme tamaño.
Las vi desovar la noche anterior. Dejé
de respirar. Las miré con asombro. Pasarían
cien días para que los huevos se convirtiesen en pequeñas tortugas
antes de que pudieran nadar de vuelta al mar.
Ahora vuelve a ponerse el sol, cientos de pequeñas tortugas
de los huevos colocados hace cien días se arrastran fuera
de los agujeros. Huelen las algas marinas y dan la vuelta a sus cuerpos
y se arrastran con fuerza hacia el mar. Nos paramos en línea
viéndolas regresar a casa, las lágrimas se arrastran por nuestros ojos.
Nadie dice una palabra. Miramos y nos desplazamos con ellas.
Nos detenemos al borde del mar y decimos “nos veremos de nuevo” silenciosamente.




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