sábado, 13 de abril de 2013

ÓSCAR OLIVA






Mientras tomo una taza de café...



Mientras tomo una taza de café repaso los poemas
que he escrito
¡Cuánta confusión! ¿Cuántas palabras perdidas!
¿Bajo qué impulso lancé mi pecho mis descomposturas
a la búsqueda de ese mar que no es claro ni habitable?
Si he dicho soledad árbol o cieno
fueron palabras imprecisas para extender mis brazos
para darle un vuelco al reloj y mostrar mi desnudez
y sus caminos
He tomado conciencia de mis obligaciones
y he querido dar a los hombres nada más un relámpago

Debajo de una imagen ahora me duermo
ahora la doblo ahora la subrayo

Mañana despertaré en un mundo nuevo

JOSÉ EMILIO PACHECO





Soledad de la campana



Soledad de la campana. 

         Le dice adiós al tañido.
         Último son de su bronce, 

flecha ardiente en el silencio.
Vaga en busca de los ecos 

      pero nadie le contesta.


FERNANDO SÁNCHEZ MAYÁNS





Tomar nota



No es posible confiar en los grandes
para entregarles
el documento frágil de la belleza pura.

Y cómo purificar al hombre de si mismo
si Juliano divino adivinó aterrado
que vendrían los bárbaros fanáticos
a enloquecer la rosa de los vientos.

Tribales entre los arpegios internacionales
nos asomamos al abismo
de un desusado advenimiento en llamas
mientras en mármol perfeccionado gime
la nota consonante musical se desvanece
el color se disuelve en alba transparencia
la danza Isadora se deshace en adioses.

Y verbo genital rechaza el acto
de saciar insaciable a su versión violenta.

Para todo esto
yace Urbino sepultada
la cuidad perfecta.



ANTONIO MURCIANO





En el sur



En el sur,
todo es del tiempo;
quiero decir que no cuenta,
que le echemos tiempo al tiempo;
que no vemos las manilas
de ese gran reloj del tiempo;
quiero decir que parece
que hay un poco más de tiempo
que en las otras tres esquinas
de la rosa de los tiempos.


FRANCISCO HERNÁNDEZ





9



Solo la perdida. Y al mismo tiempo, ignorar la perdida.
Mientras me calzo las botas miro hacia la arena, siento un ligero mareo y la certeza de que una rueda gira dentro de mi decrepitud.
¿No será algo parecido a la isla de la Redundancia lo que se redondea dentro de mi garganta?
Lo rosado de la noche conduce a un pubis dibujado con gis.

De “Una isla de breves ausencias”

NATALIA LITVINOVA





Conversiones


(cada lobo suelto mío
por cada lobo tuyo
hasta convertirnos en presa
y acariciarnos)


Del libro “Lengua esteparia”