sábado, 13 de abril de 2013

FERNANDO SÁNCHEZ MAYÁNS





Tomar nota



No es posible confiar en los grandes
para entregarles
el documento frágil de la belleza pura.

Y cómo purificar al hombre de si mismo
si Juliano divino adivinó aterrado
que vendrían los bárbaros fanáticos
a enloquecer la rosa de los vientos.

Tribales entre los arpegios internacionales
nos asomamos al abismo
de un desusado advenimiento en llamas
mientras en mármol perfeccionado gime
la nota consonante musical se desvanece
el color se disuelve en alba transparencia
la danza Isadora se deshace en adioses.

Y verbo genital rechaza el acto
de saciar insaciable a su versión violenta.

Para todo esto
yace Urbino sepultada
la cuidad perfecta.



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