sábado, 13 de abril de 2013

FRANCISCO HERNÁNDEZ





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Solo la perdida. Y al mismo tiempo, ignorar la perdida.
Mientras me calzo las botas miro hacia la arena, siento un ligero mareo y la certeza de que una rueda gira dentro de mi decrepitud.
¿No será algo parecido a la isla de la Redundancia lo que se redondea dentro de mi garganta?
Lo rosado de la noche conduce a un pubis dibujado con gis.

De “Una isla de breves ausencias”

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