viernes, 13 de septiembre de 2019


SILVIA EUGENIA CASTILLERO





Allí arden



Túnicas negras. Mantos rojos encendidos. Faldas, sandalias. Telas. Allí arden. En su espalda. Es la hija de Sión, intrépida. Fugitiva del amor y su abandono. Vino a arder en esta lumbre de culpa. Viene de regreso del muelle. Fue columna y fue cetro. Fue un campo de gacelas. Torres púrpura. Cintas escarlata. Centinela. Vino a arder. Cúmulo de voces la atraviesan. Pero calla. Sólo retazos de rumores atildan —requiebran. La dama cae entre montones de tela. ¿Una cortesana? Llena la boca de tierra.


VÍCTOR MANUEL MENDIOLA





Blancura



Al hacer el amor
pienso que la blancura de tu cuerpo
pierde sentido sobre
la blancura del mío
como si fuera inútil
que un color se disuelva
sobre el mismo color.

Pero un minuto más tarde comprendo
que las calladas olas pálidas
de nuestros cuerpos
sí tienen un sentido,
porque cuando se encuentran
son el paisaje
de un ruido tan callado,
móviles ondas quietas,
y que nos apretamos
de la misma forma
que se aprieta un cristal
bajo la presión del viento
rompiéndose en un abrazo
de astillas y hendiduras,
fragmentándose
en un silencio de agua y aire
dentro de nuestra carne
en la noche del cuarto.

Y que tiene sentido
romper tu espejo contra el mío
para mirar
en las quebradas piezas reunidas
mis pies o hallar tu boca
en la blanquísima repetición
de nuestros cuerpos.



SERGIO BRICEÑO





 Díptico



Vago por el mundo
con los ojos secos.

Soy el que anda con bordón.

El que tentalea
y se arrastra.

El que se cubre los ojos
con el brazo.

Ese
al que un grito ha roído
y al que dicen:

Vuelve a arrancarte los ojos.

Y mira.


LUCIAN BLAGA





De tu cabello



La sabiduría de un mago me contó una vez
algo de un velo que no pueden traspasar las miradas,
telaraña que esconde al ser en todas sus partes
impidiéndonos ver lo que es real.

Ahora, cuando me oscureces las mejillas y los ojos
con tu cabello
desmayado por sus ricas olas negras,
estoy soñando que el velo, el que transforma en misterio
todo lo ancho del mundo, está tejido
de tu cabello,
y grito,
y grito,
y por primera vez siento
todo el hechizo que me dijo el mago


MARÍA ELOY-GARCÍA



  
Declaración de persona física



el contribuyente uno
sin pensión compensatoria
ni anualidad por alimento
declara aquí el valor catastral
de su inmueble metafísico
su ejercicio fiscal oh dolor
ya no tiene ventanas
tan existencial es su prisa
que aquí le ves a tus pies
divina entidad pagadora
sin cónyugue computable
con la única verdad de lo impuesto
lo que declara es la catástrofe
porque sabe que la muerte
jamás devuelve lo que computa

GALVARINO PLAZA





Memorial / septiembre (xv)



Vulnerado cerco los olvidados diálogos; corteza
en sentenciadas voces. Acerbo eco; último sueño
regresando a su orilla más confín.
                                                                                                                Rotundo gesto
cruzando el luengo litoral, andino, el rojo curso:
ríos descendiendo de la nieve a su tragedia.
Innominada riada (rostros) adiosando la corriente.