miércoles, 1 de julio de 2015

FÉLIX DE AZUA

 


II. Por toda referencia...



Por toda referencia
en el paisaje que la nieve ha cubierto

(las sombras ahora resplandecen)

borrado incluso el trecho
donde antes caminara el sacerdote,

un hombre busca el norte, el sur,
el este y el oeste.

El hombre, único en el paisaje,

busca el norte y el sur
y el este y el oeste.

 

De "Lengua de cal"

 

 

GONZALO MILLÁN


  

La ciudad

 


20.

Cae una lluvia torrencial.
La lluvia hincha los torrentes.
Los torrentes causan inundaciones.
Hoy función
A beneficio de los inundados.
Las lluvias son indispensables para la agricultura.
Las lluvias fecundan la tierra.
El trigo germina por primavera.
Las espigas de trigo contienen granos.
El arado se enredó en las raíces.
Los bueyes se acoplan al arado.
El campesino picanea los bueyes.
Escasea el trigo este año.
El paso de la tropa estropeó las siembras.
Los ratones hacen estragos en los graneros.
Las malezas esquilman los campos.
Escasea el dinero.
Tengo un puñado escaso de harina.
Encarece el pan.
Vivimos con escasez.
Está escasa la comida.
El trabajo escasea.
Los cesantes abundan.
El aceite escasea.
Abunda el agua.
El aceite es más espeso que el agua.
El aceite se hiela cuando hace frío.
El aceite penetra las telas.
La espada penetra las carnes.
La espada termina en punta.

 

PAZ MOLINA


  

Historia de Ángeles II

 

Yo quiero una mujer para apagar mis ansias,
dijo el ángel, y un gesto obsceno le oscurecio el semblante.
Estoy harto de alas y miriñaques,
ahora quiero deshonrar mi estirpe entumecida.

Quiero unos pechos vastos, formidables
en extensión incierta como pensamientos humanos ;
que se hundan en ellos mis torpes manos pudibundas.
Mis antiguas plegarias han de ser besos y saliva.

Quiero una inconfesable lujuria.
Se subleva mi espíritu macilento
mi espalda sudorosa se inclina sobre un cuerpo
que parece ardorosa convulsión del infierno

Quiero un goce satánico
dos piernas que agonicen de estertor
y dos manos que perturben mi agónico sentido.

No recuerden mis cánticos.
Mis alas están yertas.
Tan sólo quiero una mujer
y su nefasta dulcedumbre.

 

JORGE BOCCANERA


 

Hilachas


Es el silencio el guante de una voz?
¿Se podría tocar?
Recordaríamos el silencio de un día cualquiera
             cuando niños?
¿Acaso vuela al ras del suelo?
El poeta que se llama a silencio, ¿va
             voluntariamente o el silencio lo llama?
El que calla, ¿otorga?

Son respuestas que yo no puedo preguntar.
No le temo al silencio,
aun cuando se estrelle con sus alas de polvo en
              mi ventana.
No da miedo escucharlo.
Tengo miedo de verlo.
 

JOSÉ LEZAMA LIMA


 

Rueda el cielo -que no concuerde...


Rueda el cielo -que no concuerde
su intento y el grácil tiempo-
a recorrer la posesión del clavel
sobre la nuca más fría
de ese alto imperio de siglos.
Rueda el cielo -el aliento le corona
de agua mansa en palacios
silenciosos sobre el río
a decir su imagen clara.
Su imagen clara.

Va el cielo a presumir
-los mastines desvelados contra el viento-
de un aroma aconsejado.
Rueda el cielo
sobre ese aroma agolpado
en las ventanas,
como una oscura potencia
desviada a nuevas tierras.
Rueda el cielo
sobre la extraña flor de este cielo,
de esta flor,
única cárcel:
corona sin ruido.


 

GUSTAVO ADOLFO GARCÉS


 

234


No sabíamos
que llegaba el viento

remolino
de hojas secas