"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
martes, 9 de julio de 2019
ANTONIO ALIBERTI
Los amantes
Con
la carne en paz se miran
los amantes;
traen de otros aires la levedad
del tiempo.
Se miran sorprendidos
el perfil
ante el espejo
que envejeció de pronto.
Algo se quiebra ante sus ojos:
ella se cubre,
él inicia la fuga
sin moverse.
los amantes;
traen de otros aires la levedad
del tiempo.
Se miran sorprendidos
el perfil
ante el espejo
que envejeció de pronto.
Algo se quiebra ante sus ojos:
ella se cubre,
él inicia la fuga
sin moverse.
MARIA MERCEDES CARRANZA
Solo ante el peligro
Para
hablar de ti no sirve un poema.
Tal
vez una vieja canción del Oeste,
Una
canción que diga de aquel hombre solo
Que
va por el mundo
Jugando
a los vaqueros. Una canción
Que
recuerde las ciudades
Que
el hombre lleva en la memoria,
Donde
siempre hubo un duelo,
Un
bar y una mujer. Una canción
Que
hable de los largos caminos
Que
nunca acaban
Y
el hombre en su caballo
Hacia
cualquier parte.
Nadie
sabe su nombre porque así
Lo
quiso él, aunque, con frecuencia,
En
las noches luminosas
El
hombre eche de menos una palabra
Tierna
y tal vez llore.
Una
canción que diga de la mujer
Que
en cada pueblo deja,
Sentada
en la barra de una cantina,
Recordando
al hombre
Y
sus borracheras de matón
Y
sus agresivos momentos de soledad
Y
sus monólogos agrios con fantasmas
Y
su tierna intimidad al amanecer
Y
su incontenible ansiedad
Por
sentir el pie en el estribo, nuevamente.
Una
canción que hable de ti, Juan
ROBERTO PALENCIA
Cómo quisiera amarte
Cómo quisiera amarte,
embriagarme de tu mirada,
del acercamiento de tu respirar…
Busco tu sonrisa en cada noche
como una luna especial.
Cómo quisiera amarte,
decirte a tu oído
¡qué linda estás!
Acercar mis dedos a tu pelo,
mezclar en él
un movimiento como las olas…
que sientas mi amor
hasta con el tacto…
Cómo quisiera amarte
y que te des cuenta que existo…
¡qué existe el amor más grande!
y es tuyo
es nuestro…
nos daríamos un beso
y con el formaríamos una brisa
en nuestras almas…
Las palabras estarían de más…
te sentirías parte de mi,
yo… ¡yo me sentiría completo!
IVÁN OÑATE
Cómo dónde cuándo
En
el centro del poema
existe
un bosque
En
él
se
esconde un árbol
Allí
bajo
su sombra
(Mientras
contemplo pasar
al
río de Heráclito)
Volveré
a
esperarte para Ser
Por
todos los instantes
del
eterno retorno
El
poema que existe
en
el centro del bosque
bajo
la sombra de un árbol.
De: “La nada sagrada”
ANNA DE NOAILLES
La ofrenda a la naturaleza
Naturaleza
con el corazón profundo en el que descansan los cielos,
Nadie me quiere tan cálidamente amado
La luz de los días y la dulzura de las cosas,
El agua brillante y la tierra donde la vida ha brotado.
El bosque, los estanques y las llanuras fértiles me
han tocado los ojos más que los ojos humanos,
me he apoyado en la belleza del mundo
y he mantenido el aroma de las estaciones en mis manos.
He llevado tus soles y una corona
en mi frente llena de orgullo y sencillez.
Mis juegos coincidieron con los trabajos de otoño
Y lloré con amor en los brazos de tus veranos.
Vine a ti sin miedo y sin prudencia,
Tener para toda alegría y todo conocimiento
Tu alma impetuosa para trucos de animales.
Como una flor abierta donde viven las abejas
Mi vida ha difundido perfumes y canciones,
Y mi corazón de la mañana es como una canasta
que te ofrece hiedra y ramas inclinadas.
Sometido así como la ola donde se refleja el árbol
, conocí los deseos que arden en tus tardes
y que dan a luz en los corazones de hombres y bestias.
La hermosa impaciencia y la voluntad divina.
Te tengo con vida en mis brazos, Naturaleza,
¡Ah! mis ojos deben estar llenos de sombra algún día
Y que voy al campo sin viento y sin verdor
Lo que no visita la luz y el amor...
Nadie me quiere tan cálidamente amado
La luz de los días y la dulzura de las cosas,
El agua brillante y la tierra donde la vida ha brotado.
El bosque, los estanques y las llanuras fértiles me
han tocado los ojos más que los ojos humanos,
me he apoyado en la belleza del mundo
y he mantenido el aroma de las estaciones en mis manos.
He llevado tus soles y una corona
en mi frente llena de orgullo y sencillez.
Mis juegos coincidieron con los trabajos de otoño
Y lloré con amor en los brazos de tus veranos.
Vine a ti sin miedo y sin prudencia,
Tener para toda alegría y todo conocimiento
Tu alma impetuosa para trucos de animales.
Como una flor abierta donde viven las abejas
Mi vida ha difundido perfumes y canciones,
Y mi corazón de la mañana es como una canasta
que te ofrece hiedra y ramas inclinadas.
Sometido así como la ola donde se refleja el árbol
, conocí los deseos que arden en tus tardes
y que dan a luz en los corazones de hombres y bestias.
La hermosa impaciencia y la voluntad divina.
Te tengo con vida en mis brazos, Naturaleza,
¡Ah! mis ojos deben estar llenos de sombra algún día
Y que voy al campo sin viento y sin verdor
Lo que no visita la luz y el amor...
ROBINSON QUINTERO
El poeta da una vuelta a una palabra
Mientras camina, dice la palabra en voz alta,
la lleva al paso, templa su melodía. Mientras camina, antes de cantar en el
poema, canta a la intemperie, la palabra, canta antes de que sea sueño.
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