La ofrenda a la naturaleza
Naturaleza
con el corazón profundo en el que descansan los cielos,
Nadie me quiere tan cálidamente amado
La luz de los días y la dulzura de las cosas,
El agua brillante y la tierra donde la vida ha brotado.
El bosque, los estanques y las llanuras fértiles me
han tocado los ojos más que los ojos humanos,
me he apoyado en la belleza del mundo
y he mantenido el aroma de las estaciones en mis manos.
He llevado tus soles y una corona
en mi frente llena de orgullo y sencillez.
Mis juegos coincidieron con los trabajos de otoño
Y lloré con amor en los brazos de tus veranos.
Vine a ti sin miedo y sin prudencia,
Tener para toda alegría y todo conocimiento
Tu alma impetuosa para trucos de animales.
Como una flor abierta donde viven las abejas
Mi vida ha difundido perfumes y canciones,
Y mi corazón de la mañana es como una canasta
que te ofrece hiedra y ramas inclinadas.
Sometido así como la ola donde se refleja el árbol
, conocí los deseos que arden en tus tardes
y que dan a luz en los corazones de hombres y bestias.
La hermosa impaciencia y la voluntad divina.
Te tengo con vida en mis brazos, Naturaleza,
¡Ah! mis ojos deben estar llenos de sombra algún día
Y que voy al campo sin viento y sin verdor
Lo que no visita la luz y el amor...
Nadie me quiere tan cálidamente amado
La luz de los días y la dulzura de las cosas,
El agua brillante y la tierra donde la vida ha brotado.
El bosque, los estanques y las llanuras fértiles me
han tocado los ojos más que los ojos humanos,
me he apoyado en la belleza del mundo
y he mantenido el aroma de las estaciones en mis manos.
He llevado tus soles y una corona
en mi frente llena de orgullo y sencillez.
Mis juegos coincidieron con los trabajos de otoño
Y lloré con amor en los brazos de tus veranos.
Vine a ti sin miedo y sin prudencia,
Tener para toda alegría y todo conocimiento
Tu alma impetuosa para trucos de animales.
Como una flor abierta donde viven las abejas
Mi vida ha difundido perfumes y canciones,
Y mi corazón de la mañana es como una canasta
que te ofrece hiedra y ramas inclinadas.
Sometido así como la ola donde se refleja el árbol
, conocí los deseos que arden en tus tardes
y que dan a luz en los corazones de hombres y bestias.
La hermosa impaciencia y la voluntad divina.
Te tengo con vida en mis brazos, Naturaleza,
¡Ah! mis ojos deben estar llenos de sombra algún día
Y que voy al campo sin viento y sin verdor
Lo que no visita la luz y el amor...
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