viernes, 30 de enero de 2015

DELMIRA AGUSTINI


 

La cita

 

En tu alcoba techada de ensueños, haz derroche
de flores y de luces de espíritu; mi alma
calzada de silencio y vestida de calma,
irá a tí por la senda más negra esta noche.

Apaga las bujías para ver cosas bellas;
cierra todas las puertas para entrar la ilusión;
arranca del misterio un manojo de estrellas
Y enflora como un vaso triunfal tu corazón.

¡Y esperarás sonriendo, y esperarás llorando!...
cuando llegue mi alma, tal ves reces pensando
que el cielo dulcemente se derrama en tu pecho...

Para él, amor divino, ten un diván de calma
o con el lirio místico que es su arma, mi alma
Apagará una a una las rosas de tu lecho!

 

 

ENRIQUE BANCHS


 
 

Tornasolando el flanco a su sinuoso paso…

 

Tornasolando el flanco a su sinuoso paso
va el tigre suave como un verso
y la ferocidad pule cual terso
topacio el ojo seco y vigoroso

Y despereza el músculo alevoso
de los ijares lánguido y perverso
y se recuesta lento en el disperso
otoño de las hojas El reposo

el reposo en la selva silenciosa
la testa chata entre las garras finas
el ojo fijo impávido custodio

espía mientras bate con nerviosa
cola el haz de las férulas vecinas
en reprimido acecho así es mi odio.

 

 

FÉLIX LOPE DE VEGA


  

Arrepentimiento
  

¡Cuántas veces, Señor, me habéis llamado,
y cuántas con vergüenza he respondido,
desnudo como Adán, aunque vestido
de las hojas del árbol del pecado!

Seguí mil veces vuestro pie sagrado,
fácil de asir, en una cruz asido,
y atrás volví otras tantas, atrevido,
al mismo precio en que me habéis comprado.

Besos de paz os di para ofenderos,
pero si fugitivos de su dueño
hierran cuando los hallan los esclavos,

hoy que vuelvo con lágrimas a veros,
clavadme vos a vos en vuestro leño,
y tendréisme seguro con tres clavos.

 

 

 

MIGUEL HERNÁNDEZ

 

Tengo estos huesos.

 

Tengo estos huesos hechos a las penas
y a las cavilaciones estas sienes:
pena que vas, cavilación que vienes
como el mar de la playa a las arenas.

Como el mar de la playa a las arenas,
voy en este naufragio de vaivenes
por una noche oscura de sartenes
redondas, pobres, tristes y morenas.

Nadie me salvará de este naufragio
si no es tu amor, la tabla que procuro,
si no es tu voz, el norte que pretendo.

Eludiendo por eso el mal presagio
de que ni en ti siquiera habré seguro,
voy entre pena y pena sonriendo.

 

 

ANTONIO GALA



Sonetos de la Zubia. Nº 52
 

He llegado hasta el último venero
y he regresado sin haber bebido.
Lo que temí perder ya lo he perdido.
Lo que esperé ganar ya no lo espero.

No habrá de hacerse el corazón de acero
a la dura costumbre del olvido,
que anoche en este huerto me ha vendido
un beso en la mejilla traicionero.

Tan sin remedio estoy, tan acabado,
que me alegra saber que al mediodía
estaré, por mi bien, crucificado.

No me traigan vinagre en la agonía.
Será fácil morir si no está al lado
aquel amor que entonces yo tenía.

 

 

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ


 
Nada.

 

A tu abandono opongo la elevada
torre de mi divino pensamiento.
Subido a ella, el corazón sangriento
verá la mar, por él empurpurada.

Fabricaré en mi sombra la alborada,
mi lira guardaré del vano viento,
buscaré en mis entrañas mi sustento...
Mas, ¡ay!, ¿y si esta paz no fuera nada?

¡Nada, sí, nada, nada...! -O que cayera
mi corazón al agua, y de este modo
fuese el mundo un castillo hueco y frío...-

Que tú eres tú, la humana primavera,
la tierra, el aire, el agua, el fuego, ¡todo!,
...¡y soy yo sólo el pensamiento mío!