viernes, 31 de enero de 2020


CARL SANDBURG





Broadway



Nunca te olvidaré, Broadway,
tus luces doradas me llaman.

Mucho tiempo te recordaré,
río amurallado de prisas y juegos.

Los corazones que bien te conocen te odian
y los labios que tantas risas te prestaron
hoy cenizas son de la vida y de sus rosas,
y maldicen los sueños echados a perder
en el polvo de tus piedras ásperas y pisoteadas.


Versión de Miguel Martínez-Lage
 De: "Otros días"


DAIGAKU HORIGUCHI





Lamento de Pierrot



¿No es tu vida una aflicción, Pierrot?
¡Bastardo de la luna viuda!
Ella, en el alto cielo
Y tú, acá en la tierra
¡En esta faena tragicómica!



JEANNETTE CLARIOND


  


El pan de cada sombra



Esta costumbre,
esta grave costumbre de perderse
al momento en que hilos,
hojas lanceoladas,
tenues luces
de rostros
se deslíen
y cuerpos se borran
como en una vieja fotografía.
Hacienda, pan,
todo guarda su nombre bajo la sombra.
Siete vados antes de entrar a la ciudad
aún esparcen su mancha neblinosa.



DAVID ESCOBAR GALINDO




El episodio terrorista 3




Amor, pleno misterio,
sonido de algún bosque, pánica agua,
llavero del armario con papeles sagrados,
cabello de mujer mientras el día remonta sus chatarras,
podría así seguir, pulsando el laberinto fantasioso,
todo esto tiene una fugaz explicación mesiánica,
como en una asamblea de ídolos inocentes,
mitos de iridiscencia compulsiva,
también amores de sabor plural,
palmas de mitológica palmera,
collar iluminado de los mares del sur,
espejismo de aurora entre los chupamieles,
y callados remedios del zodíaco,
¿por qué digo estas sordas palabras entre el humo
que todo lo gobierna con su acre desatino?

Se acerca a pasos vivos la hora señalada,
la sombra de mi cuerpo es juez y parte;
por el barro, animales domésticos destrozan
una piltrafa -amor, pleno misterio-,
y el vendedor de diarios ya va de espaldas en su bicicleta
con el gran cargamento de odios universales,
de consumibles sueños -sonido de algún bosque,
dócil revelación-, mientras me acerco
a la ventana la rutina suena, cascabel de culebra escondida,
las señoras se asoman a las puertas moviendo sus escobas,
en una transparencia de pudor -agua pánica-,
qué espacio dulce borra el abandono,
se disipa un segundo el remolino de lo inexpugnable
-peligro de morir en luz de día-,
y es que en el riesgo adquiere cada cosa,
cada gesto, un color intenso, amable,
quisiera uno besar viejas paredes,
recordar cada uno de los jazmines ya vividos,
esto es un reto vivo a la intemperie,
un silencio de amor hacia cosas ajenas y sencillas,
quizás ya demasiado mentadas por escrito,
una luna encendiéndose sobre un techo oxidado,
risas de servidumbres en las casas vecinas,
agua de chorro para rostro en fiebre,
y ese olor a aserrín que recuerda
un suave amor total por lo cercano,
san Salvador espejo, rayo virgen,
ámbito desvelado con sólo que mis ojos ardan en la penumbra,
camino de palabras desde la piedra pómez
hasta el tubo de azul desodorante;
y de repente hay un fulgor inédito
por donde la ciudad tiene otra cara,
un amarillo que hace aparecer en las esquinas seres sospechosos,
un mirto en la tiniebla se destiñe,
siento quebrarse el pulso de la luna,
amor, pleno misterio, sonido de algún bosque,
valor frugal que envuelve lo viviente,
la flor ensimismada amanece con garras,
¿dónde está el almanaque con sus dulces mareas,
la eficiencia del aire que acaricia las malvas esas joyas antiguas?

Por las paredes cruzan las sombras a caballo,
¿qué realidad transita por mis sienes?

Como en una película, los niños
preguntan por la magia del recuerdo,
y la respuesta es una roja máscara
que sonríe sin fin, oigo y me callo,
late el polvo al cruzar las francas puertas,
olor a queso rancio despiden los papeles,
y alguna majestad de vigilante
mueve las secas brasas de la ira:

¡Cuidado, la verdad es un destello!

Sin embargo este día está apagándose,
queda un rescoldo verde debajo de mi lengua,
una licuada sal expectativa
que es la hermana menor del musgo mismo;
ahí, junto a la llama del revólver,
la almohada abre sus ojos transparentes,
y el grave amor al ámbito visible
pasa alzando pañuelos por los cuartos vacíos.

Contraste fervoroso, huella en ascuas.

De esa región perlada de alas vividas
se filtran estas públicas palabras.



De: "Discurso secreto"


SILVIA EUGENIA CASTILLERO





El ángel



No quiere ver el cielo
resbala por el cordel
hacia una penumbra color sepia
en el vano de columnas.
No quiere el cielo, en sus manos
el temblor:
rúbricas de la tierra.
Y sus dedos alargan el tacto
sobre la desnudez de la bóveda.
Las alas abiertas;
mas su cuerpo se inclina
ávido de cierzos y cabras,
se va con nuestro paso:
ese ángel.

ANDRÉS TRAPIELLO





Mirador de la enferma



En qué lejanos días te me muestras.
Navío, almendra o armador de cielos,
todo eso en un punto conseguías
reunir, si levantabas el semblante.

La luna y su bastón probaban pasos
nuevos, abiertos los balcones, sobre
tus pómulos. Vara de nardos, cortos
saludos que duraban la mañana.

Fría fuente de ciervos era el pulso
de las hojas desde el jardín cayendo,
un surtidor los ruidos en la grava.

Y en cada mano siempre una sonata
que acortara la espera de la muerte.
Tu sombra hará la eternidad más breve.


De: “Las tradiciones"


jueves, 30 de enero de 2020


LIBER FALCO





Final
A la memoria de Romain Rolland


Adiós dijo
Adiós al mundo, muero...
Salud amigos,
y se fue cantando
entre los trigos.

Se fue el viajero.
Y una más que todas
triste espiga,
dobló su fruto
hacia la tierra amiga.


GOTTFRIEND BENN





Palabras



Solo: tú y las palabras,
y solo de verdad,
clarines y arcos de triunfo
no están en este ser.

Tú les miras el alma,
su primer rostro buscas
años y años - mátate,
no vas a encontrar nada.

Y allí lucen antorchas,
en aquel dulce hogar
donde moran los hombres,
y de labios rosados,
cuelga, de labios húmedos,
cual perla, inofensiva, la palabra.

Mas tus años se ajan
de un modo diferente,
hasta los sueños: silabas -
mas tú, callado, te vas yendo.


Versión de Eustaquio Barjau



ROBERT FROST





Un alto en el bosque mientras nieva
(otra versión)



De quién es este bosque, saber creo
-en el poblado su morada veo-
no habrá de sorprenderme contemplando
cubrir su bosque el invernal blanqueo.

Mi caballito se dirá extrañado
que, sin granja cercana, hemos parado
de este año en la tarde más oscura,
entre el bosque y el lago congelado.

Sacudiéndose, agita su cencerro
preguntando quizá: -¿será algún yerro?
Sólo el cierzo y los copos rumorean
blandamente del bosque en el encierro.

Yo, el bosque hondo y fusco veo risueño...
Mas, en cumplir promesas tengo empeño,
y millas debo andar antes del sueño,
un largo andar para llegar al sueño.


Versión de Agustí Bartra



HEINRICH HEINE





Mi alma se parece al mar...



Mi alma se parece al mar:
tiene olas y tempestades;
pero en sus profundidades
muchas perlas se han de hallar.


Versión de Guillermo Matta



SARA DE IBAÑEZ


  


Isla en la luz



Se abrasó la paloma en su blancura.
Murió la corza entre la hierba fría.
Murió la flor sin nombre todavía
y el fino lobo de inocencia oscura.

Murió el ojo del pez en la onda dura.
Murió el agua acosada por el día.
Murió la perla en su lujosa umbría.
Cayó el olivo y la manzana pura.

De azúcares de ala y blancas piedras
suben los arrecifes cegadores
en invasión de lujuriosas hiedras.

Cementerio de angélicos desiertos:
guarda entre tus dormidos pobladores
sitio también para mis ojos muertos.


HENRIK NORDBRANDT





La rosa de Lesbos



Una mujer desconocida me ha dado esta rosa
cuando yo estaba entrando en una ciudad desconocida.
Y ahora que he estado en la ciudad
que he dormido en sus camas
y he jugado a las cartas bajo sus cipreses
ahora que me he emborrachado en sus tabernas
y he visto a la mujer ir de acá para allá y de allá para acá
ya no sé dónde voy a tirar la rosa.

En todos los sitios en que he estado flota su aroma.
Y en todos los sitios donde no he estado
yacen en el polvo sus marchitos pétalos arrugados.


De: "Nuestro amor es como Bizancio" en "Oda al pulpo y otros poemas de amor"
Versión de Francisco Uriz





miércoles, 29 de enero de 2020


MASAOKA SHIKI





La gran mañana:
vientos de antaño
soplan a través de los pinos.


De: “A campo traviesa”


RAFAEL COURTOISIE




  
Los que no están



          Para las almas los cuerpos valen oro. Pero es un oro carnal,
de ruido tibio, un oro en trazos y fibras, oscuro, más oscuro que la muerte
que lleva y devuelve las almas a su origen, la muerte como un mar que las devora.
          Los cuerpos flotan.
          Sin la muerte, un cuerpo es más grave que su sombra. La muerte los levanta,
los madura, hace de los cuerpos un sueño irrepetible en el que el deseo encuentra
materias claras para hacer la casa.
          La casa se levanta y se derrumba, pero los trozos esparcidos son duras gotas
del agua del deseo, humedecen la vida que les falta.


De: "Umbría"


FRIEDRICH SCHILLER





Reminiscencia inmortal



Dime amiga, la causa de este ardiente,
puro, inmortal anhelo que hay en mí:
suspenderme a tu labio eternamente,
y abismarme en tu ser, y el grato ambiente
de tu alma inmaculada recibir.
En tiempo que pasó, tiempo distinto,
¿no era de un solo ser nuestro existir?
¿acaso el foco de un planeta extinto
dio nido a nuestro amor en su recinto
en días que vimos para siempre huir?
...Tú también como yo? Sí, tú has sentido
en el pecho el dulcísimo latido
con que anuncia su fuego la pasión:
amémonos los dos, y pronto el vuelo
alzaremos felices a ese cielo
en que otra vez seremos como Dios.


Versión de Antonio José Restrepo



JUAN CARLOS SUÑEN





21



¿Y qué ciudad es esta
que para otro se apremia bajo el gastado palio
de sus reclamos, bajo
sus pretenciosos pájaros sin resplandor?

Avergonzada en su ácida demanda,
¿cómo puede guardarse
tanta nostalgia para sí, la sola
vigilia toda para sí de un hombre,
entre la sucesión y la revuelta? ¿Y cuánto
haber salvado puede quien pagaba
copa los viernes en la sobremesa
de la mediocridad?


De: "La prisa"


ALFRED TENNYSON


  


La hija del molinero



Esa es la chica del molino
y tan linda, tan linda se hizo,
que quisiera yo ser el pendiente
que en la oreja le tiembla:
pues, oculto en sus bucles noche y día,
rozaría su cuello tibio y blanco.

Ser el cinto quisiera
de su talle tan fino, tan fino:
su corazón daría contra mí sus latidos,
dolorido o alegre;
si late como debe yo sabría,
abrazando su talle, muy apretado siempre.
Ser un collar quisiera
y así mecerme todo el día
en su seno aromado,
a una con su risa y sus suspiros :
y tan leve, tan leve allí estuviera,
que por la noche apenas me desabrocharía.


Versión de Màrie Manent


GERARD MANLEY HOPKINS





La guirnalda de Tom:
sobre los Desempleados



Tom — de romo acero arisco enguirnaldado
Tom; luego de Tom botalodosamigo apila el pico
A su lado y arranca piedrachispa rumbo a casa —
    el fuerte Dick;
Tom Corazón-en-paz, Tom Jornalero: sólo quiere su comida
Segura, su lecho ya. Humilde que sea: con entusiasmo
    su humilde suerte (sentir
Que hambre no pasará, Tom; Tom rara vez enfermo,
Más raramente afligido; que cruza, inmune al pinchazo,
    densos
Millares de espinas, pensares) blande empero. De la cosa
    pública
Poco me vale, ¡ja! el desnivel, si todos tuvieran pan:
¡Qué! La nación es honra suficiente en todos nosotros —
    testa señorial,
Ornada por lo alto con las luces del cielo, o bien, suelomadre
Que troza, poderoso pie. Mas en forma alguna asistidos,
Ni mente ni fuerza motora; de, pro enguirnaldarse,
Peligroso, oh  no; tampoco afán confiado y fuerte calzado;
          Expatriados más allá del límite
De la gloria terrena, la paz terrena, todos; ninguno en parte
    alguna
Del ancho bien del Mundo; oro raro, fiero acero, desnudos
           De ambos; penan, pero comparten penas —
Esto, por Desespero, engendra al torvo Perro Vil; por
    la Rabia,
Lobos del hombre, peores; y sus jaurías infestan la era.


Dropmore, septiembre 1887

martes, 28 de enero de 2020


SHIGUEHARU NAKANO





La estación de Shinagawa en la lluvia



Adiós, Shin
 Adiós, Kim
 Ustedes, que suben al tren en la estación de Shinagawa.
  
Adiós, Li, hombre.
 Adiós, Li, mujer
 Ustedes, que parten hacia el país de sus padres.
  
El río de Corea se congela en invierno
 Su corazón rebelde se congela en el momento de la despedida.
  
El mar levanta su grito al atardecer
 Las palomas mojadas por la lluvia descienden al echo de los trenes.
  
Ustedes, mojados por la lluvia, no olviden al Emperador del Japón que les expulsa
 Ustedes, mojados por la lluvia, recuérdenlo bien, con su barba y lentes, cargado de              [hombros.
  
En la lluvia vehemente se alza el semáforo verde
 En la lluvia vehemente sus miradas se afilan.
  
La lluvia lava estas piedras, cae el mar oscuro
 La lluvia resbala por sus ardientes mejillas.


Sus negras siluetas pasan por la boca de la estación
 La falda de su vestido blanco flamea en la oscuridad del corredor.
  
La luz del semáforo cambia
 Ustedes suben…
  
Ustedes parten,
 Ustedes se van.
  
Adiós, Shin
 Adiós, Kim
 Adiós, Li, hombre
 Adiós, Li, mujer.
  
Vayan y destruyan aquellos hielos duros y traicioneros
 Hagan que calle todo, que salte el agua tanto tiempo detenida. 


De: “Asalto al cielo”


GOYA GUTIERREZ





Presente



Me desboco
En las arterias de tu música,
En sus ojos de neón.
Abrazo claros de luna.
Hago equilibrios
En las aristas de la madrugada,
Destruyo los límites,
Altero el orden de los días y las noches.

Para curarme
De la ceguera de tu boca,
Vierto licores envenenados
Que adhieran tus paredes
A las mías.
Enhebro en tu lengua
El hilo de mis deseos.
Me anudo en tus labios.
Danzo en tus vértices

Agotando las horas.


De: "De mares y espumas"


ENRIC SÓRIA





Antro



Allí, en aquel antro oscuro,
que pronto dejará de estar de moda,
en la mesa vecina él lo besaba.
Con qué placer y con qué exaltación
él lo besaba.
Los ojos incendiados, y la urgencia
de los besos aquellos, aquellas contorsiones
de un cuerpo que se vuelca.
La fiebre de la carne y la sed de los labios.
Todo en él me causó admiración.
Y el placer otorgaba
otro sentido nuevo al antro oscuro.

Nosotros, en la mesa vecina, hablamos del Amor,
y los antiguos héroes, alegres.


De: "Andén de cercanías",
Traducción de Carlos Marzal


VICENTE NÚÑEZ





Erótica



   ¡Siempre vienes de ti por un camino mío!
   El amor es un exceso de carencia.
   Cuando no me desees serás quien no eras.
   Jamás pude soñar que alguien tan vacío llegara a llenarme tanto.
   Las manos que verdaderamente te aman nunca son de
      pianista, sino de bordadora.
   Amar es conocerse en el error de otro.
   La ortografía es enemiga del amor.
   Amo, luego me siento odiado.
   Cualquier intimidad ya es toda la intimidad.
 La caridad es menos cara que el cariño.
 Inexorablemente, todo lo que es relación exige atracción y rechazo.
      Sólo amor y odio son excluyentes: es decir, estériles.
 Amar es borrar error.
 Ya estaba todo hablando: era el amor.
 El código del amor está en la palabra y no en el sexo.
      Después de refocilarse no hay quien hable.
 Amor de nido, amor de antaño.
 Sólo se quiere aquello que no se puede querer.
 Mis noches de amor ya estaban escritas.
 Te amé con la videncia táctil de la ceguera.
 Beso labios que luego hablan no besados.
 Cuando me besas, no hueles, ¡Qué asco!
 Seducir es saber burlar lo imprevisible.
 Me repugnan tus manos porque sólo huelen a mí.
 A un amante futuro: te he besado mañana.
 Sé que tú ya eres yo porque no pienso en ti.
 Vio su propia poesía en el espejo de un beso.
 Bien sabes tú, amor mío, que ellos sól0 tienen la falsa
       felicidad de los anestesiados.
 Amar es evadirse de la sintaxis.
 El amor amplía eternidad.
 Amo cuando nombro.
 En amor, se es el que no se será nunca.
 Ámame como el perro a su llaga.
 Lo que dura en el amor es la conciencia de haberlo perdido.Bergson
       aún lo pasó peor, porque poseía la duración de la conciencia.
 Amar es borrar función. Toda función.
 Te amo ortográficamente.
 ¡Cómo sé cuánto te amo cuando te odio!
 ¿Quién me garantiza que el estar conmigo no es la mera consecuencia
      de una huida?
 Los actos individuales por excelencia son actos de pareja.
 La mujer no tiene plural.


De: "Sofisma"


ALFONSO CORTÉS



  

La gran plegaria



El tiempo es hambre y el espacio es frío
orad, orad, que sólo la plegaria
puede saciar las ansias del vacío.

El sueño es una roca solitaria
en donde el águila del alma anida:
soñad, soñad, entre la vida diaria.



FRANCISCO DE QUEVEDO





Preso en los laberintos del amor...



Tras arder siempre, nunca consumirse,
y tras siempre llorar, nunca acosarme;
tras tanto caminar, nunca cansarme,
y tras siempre vivir, jamás morirme;

después de tanto mal, no arrepentirme;
tras tanto engaño, no desengañarme;
después de tantas penas, no alegrarme,
y tras tanto dolor, nunca reírme;

en tantos laberintos, no perderme,
ni haber tras tanto olvido recordado,
¿qué fin alegre puede prometerme?

Antes muerto estaré que escarmentado;
ya no pienso tratar de defenderme,
sino de ser de veras desdichado.




lunes, 27 de enero de 2020


RAQUEL VÁZQUEZ





La última resistencia



Una incisión callada,
un desecho de luz.

Existir es tan sólo una promesa.

Una intuición, quizá.
La última resistencia arraigada a los nombres.

Tal vez donde las sílabas rompen de madrugada,
donde cada rendija
es un árbol con frutos: existimos.

Aunque no sea más que de sombra a sombra.



KRIS VALLEJO





Seré olvidada



Aunque sea parte de todas las cosas
Seré olvidada

En la trama abierta de la hierba
escucho todos los nombres
y ninguno es el mío

Da igual
todo fruto será amargo
una espada un pensamiento

En el desierto siembro un árbol que dando tumbos se aleja
como el libro que olvidó su idioma
como la noche triunfal en una tormenta

Es una voluntad fallecida disuelta por los escarabajos

Mi destino ya no se lee mas en los horizontes

A pesar de todo
Arrastro el hambre del camino que me fue negado



CARLOS VILLALOBOS




  
Exhumación de la Madre



No, Madre, no estás piedra sin palabras en la tumba.
Tu cadáver aún sabe a beso.
Tu vientre es una llaga en llamas
que alumbra cuando Dios se apaga.

No, Madre, no estás en el fondo de los perros.
No cupo tu nombre en las fosas que dejó el olvido.

Aún hay saliva de la luna en tu cadera.
Aún hay ceniza de tu hueso cada viernes.

He visto tu evangelio carcomido por la culpa.
He visto la luz a rastras en los templos del castigo.

Urge, Madre Nuestra, que regrese tu regazo,
que nos salves del humo,
y del aliento que madura con el trueno.

Urge que nos laves la duda con la duda misma
que nos quites del ojo estos buitres del noveno mandamiento.




MARISA MARTÍNEZ PÉRSICO





XXII



Es preciso causar algún desorden
desinflarse en su atenta vigilancia.
No divulgar ni al viento
aunque él se muera
también
de mediodía
esos remilgos de hacerse
vulnerable.