miércoles, 30 de diciembre de 2020

SANDRA SANTANA

 


 

 

Mirad esa línea

invisible

que descubre en el cielo

el vuelo del ave:

 

algo os empuja más fácilmente

a esta palabra

que

a la otra.

 

 

JOSEP M. RODRÍGUEZ

 

 

 

La charca

                                 (Rainer M. Rilke)

 


Volver a este rincón de la memoria
no me hace más feliz.

 
Todo sigue en su sitio.
Los árboles, la charca, los insectos.

 
Si el tiempo ondula,
                                  como escribió Deleuze,
también con la emoción debe pasar lo mismo.

 
No todo me emociona:
El agua de la charca sólo es agua,
el musgo,
                 sólo musgo,
y este poema
no es más que la corteza de lo que está pasando.

 
Profundiza.
                    Fíjate en los patos:
Parece que nadar les sea fácil

 
y es algo muy distinto bajo el agua.

 
Ondulación:
Vivir la vida en círculos crecientes
que nazcan y se extiendan desde mí.

 
La emoción necesita de un proceso.
No olvides los anillos de los árboles.

 

De: “Raíz”

 

JULIETA BERRIEL

 

 

 

 

1.

 



reconocernos en el no saber amar
no saber si somos nosotros
si hay algo en no amarme a mí
que me impide amarte en esa parte en la que me reconozco
y en esa otra parte de ti
que intimida

 

¿qué pasa si miro al abismo?
si miro las sombras
que me dicen que somos débiles
para amar
sombras que no quiero que veas
por si llegas a creerles
o te das cuenta
de que tienen razón

 

si un día emergen incontenibles,
¿puedo protegerte de mi
oscuridad?
o nos hundiremos por no podes abrigar al otro

 

hace tiempo no llevo campera en la mochila
me quedó llena de piedras
desde ese intento por llevarme el río
que murió a espaldas mías
y me dejó gris y pesada

 

como cuando intento llevarte conmigo

 

 

DIANA MONCADA

 

 


 

 

Su imperio habla

y todas sus partes endurecen

desdeñar la duración

y sosegar el campo

atados a la consideración

duermen los hombres

y sus lenguas sueñan con lo puro

Camina de torcer y siempre es otro

quien habla por mí

Dura el imperio

Callada es

inmundicia sobre las mesas

donde el maíz se pudre y la boca va

siempre más adelante que su hambre

La organización pesa y pesa la gracia

porque el imperio está a punto de hablar

de sus leyes y sus aguas y de cómo los peces

recorren la ciudad siempre

derruida

abajo

El orden de la carta dice

Por más que trates de entender, mienten

Hubo un tiempo para dormir la paz

y un tiempo para dormir la guerra

La cena real espera

a los invitados que somos todos

sin ropas ni anillos

pero volvamos a la carta

porque la duración es sólida y

todo lo ha petrificado

a través de sus pasillos vemos la historia

también hay un río que corre

como es debido

detrás del bastidor

y todos abrimos las bocas y

movemos los labios como si habláramos

como si algo de nuestra congelada duración

durara menos

Yo sin embargo he sentido frío

pero no es aquí a dónde quiero llegar

El imperio habla y ablanda las cosas

No sé tiene dónde estar

 

 

CHRISTINA THATCHER

 

 

 

Informe del seguro

 



Después del incendio, tuvimos 48 horas

para generar números exactos:

¿Cuántos tenedores?

¿Cuántos pares de calzones?

¿Cuántos artículos en la refri?

Incapaces de recordar cada objeto,

sólo estábamos seguros de lo que se había perdido:

el unicornio de cristal pintado

ese collar de la tribu Sioux

el último ladrillo de nuestro abuelo

Gritamos de dolor por estos tótems:

¿Quiénes somos sin ellos? ¿Quiénes somos?

Solo los inspectores respondieron:

¿Pero cuánto valían?

¿Cuánto?

 

 

 

JÚLIA DE CARVALHO HANSEN

 

 


 

Busco en el viento

la consciencia de las plantas.

Noto que lo que se eleva

tiene raíz. Retrocedo mil años

para afirmar: ¡mil años!

Y conquistar

¿el silencio? Adelante.

Si está en algún lugar

la experiencia de los dioses

habita en las frutas.