viernes, 13 de abril de 2018


MING DI





En el mismo idioma



Esta noche en la recitación hay tres prisioneros.
¿Asesinos? ¿Presos económicos o políticos?
No nos son presentados. Sus voces quedas. No puedo escuchar una palabra.
Esto es Costa Rica. La gente habla español de una manera diferente.
Abrazan a los disidentes como si aceptaran acentos distintos.
El primer y único país del mundo sin ejército, invitando a los prisioneros
a la lectura de poesía. Recuerdo el festival en Córdoba. Nos enviaron
a las prisiones para leer poesía. Los prisioneros leían también. Y en Medellín
hace seis años cuando leí con un prisionero por primera vez.
No sabía que era un prisionero. Dijo que compartíamos el mismo sol.
Dos horas más tarde lo llevaron de regreso a su celda. Mi corazón
se hundió. Yo quería gritar. ¿Realmente compartimos
el mismo sol? ¿De verdad?


Versión de Gustavo Osorio de Ita


WENDY GUERRA





Rojo



Mil flamingos rojos encendieron mi cuerpo entre las
playas
Otra vez el veneno de sándalos en mi boca dispersa
Transformas el diario como al agua el invierno
Del hielo a la humedad hay un temblor apenas
Una canción restaurada tantas dudas y rencores pasados
Un verano una estación sin intermedios desparrama
Soy una lágrima perdida en los estanques
que no regresa más al cuaderno encendido
al delirio que prende en tus deseos
A mi propia salvación entre los versos llego tarde
Posas para el mundo Pero no posas para mí
Dices adiós al fuego olvidando mi abrigo
en un invierno tan crudo que me enferma
Siento en tu voz cubana que el dolor regresará por siempre
Tiemblo pero regresará por siempre y no sirve de nada
Es un toro que desangra en mis recuerdos
Varios ensayos para morir en el ruedo
Rojo
Rojo
Rojo y tan púrpura que muero.


AUDOMARO ERNESTO





Descubrimiento



Solo
avanzo a tientas muy despacio
Evito tropezar con los medicamentos
y el vaso de agua
con los empolvados álbumes de familia
con los muebles que olvidó el tiempo
con la puerta de esa otra habitación
donde algún día entraremos sin llave



ANGELES MASTRETTA





Para el final



Para el final, siempre para el final
las despedidas
las cuentas del rosario
lo que sobra y el postre:
la dulzura.

Envejezco
con un enorme flan en la cabeza.
Hablo de eternidades de alfajor.

Preferible el almíbar
al vinagre.

Y de los libros
el último capítulo. 



AURELIA LASSAQUE





Fantasma



Hace frío en mi alma
Es anticuado y romántico
Yo
Tomaría el barco en Grecia
En Santorini me deslizaría
Hasta el mar
Colgaría mi lámpara
En la rama de un olivo
Y en una casa blanca
Amaría altos pecadores
y frailes apóstatas.


Versión de Raúl Durán


CONCHA URQUIZA





Romance de la lluvia

                                      ¡Ay, corazón quexoso, cosa desaguisada!
                           ¿Por qué matas el cuerpo do tienes tu morada?
                                                              Libro de buen amor, 786



Corazón, bajo la lluvia
herido de amor te llevo;
te cerca el campo mojado,
la lluvia te dice versos,
el agua gime al caer
en tus abismos de fuego.
La roja tierra del monte
entreabre el húmedo seno;
en el regazo del valle
ríen los pétalos tersos,
y hacen blanco en el río
las flechas de los luceros.

Bajo la lluvia liviana
herido de amor te llevo;
muchas aguas han llovido
sobre tu herida de fuego;
muchas noches te han cegado,
muchas albas te han envuelto*,
¡tengámonos a gustar*
el dulce llanto del cielo!

Corazón, corazón mío,
descansa bajo mi pecho;
mira cómo se deshojan
las nubes de lento vuelo;
¡cierra la sangrienta boca
y dame un trago de sueño!

Descansa, viajero ardiente,
descansa, ya llegaremos
-allá detrás de la lluvia-
al claro "allá" , de tu anhelo;
ya abrevarán en tu herida
aquellos labios sedientos,
ya templarán tus ardores
aquellos ojos sin tiempo,
ya bajarás al abismo
deleitoso de su pecho,
y anudarás tus latidos
a sus latidos eternos...!

Corazón, bajo la lluvia
herido de amor te llevo:
por los labios de tu herida
silban rimando los vientos,
y el agua gime al caer
en tus abismos de fuego.


San Luis. 5 de junio, 1940


Este poema aparece en otros textos aparece con estas variaciones:
muchas albas te han abierto*
¡tengámonos a mirar*