¡Ay, corazón quexoso, cosa desaguisada!
¿Por qué matas el cuerpo do tienes tu morada?
Libro de buen amor, 786
¿Por qué matas el cuerpo do tienes tu morada?
Libro de buen amor, 786
Corazón, bajo la lluvia
herido de amor te llevo;
te cerca el campo mojado,
la lluvia te dice versos,
el agua gime al caer
en tus abismos de fuego.
La roja tierra del monte
entreabre el húmedo seno;
en el regazo del valle
ríen los pétalos tersos,
y hacen blanco en el río
las flechas de los luceros.
Bajo la lluvia liviana
herido de amor te llevo;
muchas aguas han llovido
sobre tu herida de fuego;
muchas noches te han cegado,
muchas albas te han envuelto*,
¡tengámonos a gustar*
el dulce llanto del cielo!
Corazón, corazón mío,
descansa bajo mi pecho;
mira cómo se deshojan
las nubes de lento vuelo;
¡cierra la sangrienta boca
y dame un trago de sueño!
Descansa, viajero ardiente,
descansa, ya llegaremos
-allá detrás de la lluvia-
al claro "allá" , de tu anhelo;
ya abrevarán en tu herida
aquellos labios sedientos,
ya templarán tus ardores
aquellos ojos sin tiempo,
ya bajarás al abismo
deleitoso de su pecho,
y anudarás tus latidos
a sus latidos eternos...!
Corazón, bajo la lluvia
herido de amor te llevo:
por los labios de tu herida
silban rimando los vientos,
y el agua gime al caer
en tus abismos de fuego.
San Luis. 5 de junio, 1940
Este poema aparece en otros textos aparece
con estas variaciones:
muchas albas te han abierto*
muchas albas te han abierto*
¡tengámonos a mirar*
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