domingo, 26 de abril de 2020


MASAOKA SHIKI





Examinando
Tres mil haikus,
Dos nísperos.


De: “Primavera”


SANTIAGO KOVADLOFF





Pavores



Cecí, mi corazón no es gran cosa:
pulcritudes,
lo diurno,
el aseado lugar.

Arranquemos tu piel devastadora
a mi día de trabajo.
No quiero el mal de tantos,
las feroces alegrías,
vidas que no viviré.

No conviene que un hombre
se agote en el amor.
Devuélveme el corazón, Cecí.
Mi corazón no es gran cosa.


De: “Ciertos hechos”


KENNETH PATCHEN





Niebla



La bella hija gris de la lluvia ha perdido a su amante.
Él, cuya boca conociera; él, que fue bueno con ella.

Yo la he escuchado hablar de él cuando las luces del río
Gritaban: "¡Cristo, qué soledad! ¡Cristo, qué frío!"

He oído el llanto golpeado de su soledad llamándolo
Cuando el mástil del barco no apunta a ninguna estrella.

Muchos hombres han creído que eran él;
Sintiendo los brazos de ella fríos, mientras llevaban a la
muerte en los suyos—

El rostro de mujer en el marco de la nada;
Mientras la maquinaria del sueño hacía girar su primera
rueda;

Y durmieron mientras los ángeles caían en el sonido
Coloreado de las aguas. Niño y cuna que canta, lo mismo.

Oh dama dolorosa cuyo amante es el muelle
En ese cielo donde todos yacemos, expectantes, abrazados
mientras oscurece.


GUI ROSEY




  
Bandera negra (fragmento)



Lugares colmados de llamas
donde mi andar gótico rehace el gesto fantasmal de la sangre
contra la vida iluminada por sonrientes rubores de corrupción
se yergue sorprendente
la experiencia de la palabra
contra la vida tomada en su fuente de desventuras
oh recuerdos relámpagos parecidos a grandes dogos que se ponen como soles
contra la esperanza abierta como una herida ornada de pedrerías
se eleva la palabra en el aire del tiempo
y hace que un hermoso poema arranque ojos en lugar de lágrimas

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

He aquí la totalidad de los siglos pasados por las armas
cabeza de madera en la cual el ojo izquierdo sólo parpadea para
salvar al otro de la miseria
lo único creíble en el seno vaporoso de las geografías venenosas
son las fugas imprecisas de rostros encadenados por horribles palideces
es la obra simbólica de sabios microbios en el fondo de las
apasionantes cavernas de la materia
es el monumento irracional de la tempestad que derriba a la virtud
y el inviolable desorden
con una voz desesperada
Ahora que los proverbios seductores viajan a costa de los ojos
los brazos carecen de recuerdo y caen a lo largo del cielo
todos los dioses han vuelto a entrar en sus conchas
y la muerte con vestimenta de soldado
coloca al terror blanco en vitrina
en las patrias recién pintadas
he aquí que llegan por senderos azotados por una fiebre lenta
el tiempo de las grandes mudas nocturnas
del terciopelo y de los encantamientos lúcidos
en los que el hombre
destructor de muertos y palabras
escala el oro escarpado
lleno de ruidos
como una selva virgen ...



SEVERO SARDUY





La letra con sangre entra...

                                             A Arturo Carrera



La letra con sangre entra
como el amor. Mas no dura
en el cuerpo la escritura,
ni con esa herida encuentra
paz el amante. Se adentra
en el cuerpo deseoso
y más aumenta su gozo
con su mal. Alegoría
de nuestra postrimería:
jeroglífico morboso.


NOÉ JITRIK





Montañas más bajas



Súbito fulgor
del animal
de la hierba
de la piedra sobre la piedra
esfuerzo arcaico
por sobrevivir
por defenderse
es un intento
como los míos
vano
del hombre
por la calma
poder mirar lejos
más allá
meterse en el tiempo
y desjarretarlo
intento de destiempo
y llamado
qué estás haciendo ahora
que palpita
mi vino
mi eucaristía
mi sangre
lejos de ti.


De: “Las cartas que no se mandan”