lunes, 18 de mayo de 2015

GERARDO VALENCIA


 

Mensaje a todos los hombres


 
Este hijo fué un pacto
que yo hice con Dios.
El le daría su aliento,
su carne pura yo.

Luché por él, sufrí por él:
pudo haber nacido o no.
Pero yo se lo debía al mundo
porque estaba en deuda de amor.

Una mujer regó su sangre
para impulsar su corazón:
por largo tiempo estuvo herida
esperando tu tenue voz.

Luchó por él, sufrió por él,
se lo debíamos los dos.
Oid ahora mi proclama,
oid ahora mi oración:

Con este hijo que os entrego
prenda de paz os doy.
Yo lo engendré para la vida,
para la muerte oscura nó.

No para el mal ni para el odio,
que lo engendré para el amor.
Tened en cuenta lo que os digo
cuando os entrego este varón:

Que nadie cierre los caminos
que abrió a los hombres la ilusión;
que nadie robe su derecho
para la dicha o el dolor.

Es como un pacto que os propongo
para la humana comprensión:
es un amigo que os entrego,
abridle un sitio bajo el sol.

 

 
 

 

 

LÍBER FALCAO


 

Despedida

 

                         A mis compañeros y compañeras de Corrección
                                                      y Talleres del diario Acción

 

La vida es como un trompo, compañeros.
La vida gira como todo gira,
y tiene colores como los del cielo.
La vida es un juguete, compañeros.

A trabajar jugamos muchos años,
a estar tristes o alegres, mucho tiempo.
La vida es lo poco y lo mucho que tenemos;
la moneda del pobre, compañeros.

A gastarla jugamos muchos años
entre risas, trabajos y canciones.
Así vivimos días y compartimos noches.
Mas, se acerca el invierno que esperó tantos años.

Cuando el sol se levanta despertando la vida
y penetra humedades y delirios nocturnos,
¡cómo quisiera, de nuevo, estar junto a vosotros
con mi antigua moneda brillando entre las manos!

Mas, se acerca el invierno que esperó tantos años.
Adiós, adiós, adiós, os saluda un hermano
que gastó su moneda de un tiempo ya pasado.
Adiós, ya se acerca el invierno que esperó tantos
años.

 

AMADO NERVO



 
Madrigal



Por tus ojos verdes yo me perdería,
sirena de aquellas que Ulises, sagaz,
amaba y temía.
Por tus ojos verdes yo me perdería.

Por tus ojos verdes en lo que, fugaz,
brillar suele, a veces, la melancolía;
por tus ojos verdes tan llenos de paz,
misteriosos como la esperanza mía;
por tus ojos verdes, conjuro eficaz,
yo me salvaría.


ALFREDO VEIRAVÉ


 

Catálogo de necedades de los pueblos conquistados

 

Los pueblos conquistados desde ahora podrán ponerse
                                                               [como nosotros
los Infieles plumas de Caburé entre los ojos/Crin de
                            [veloces caballos entre las piernas
y parir sus mujeres no bajo dibujos de Audrey Beardsley,
                                                          [no bajo palios de
oro con incrustaciones de dragones que echan fuego por
                                          [la boca sino en las maniguas
o los cocoteros sobre las hamacas colgantes. También
                                         [estos pueblos conquistados
deberán echar al fuego sus pinturas la cosmética de
                                     [Carnaby Street los cristales
de Murano o las
         (fastuosas) (luminosas) (bellas) mariposas de color
                                     [de los vitrales de Saint Chapelle,
                                                                     [por ejemplo,
y extraer en cambio de los frutos de las papayas la leche
                                                                    [transparente
con la cual curamos las heridas o frotamos para bien de
                                                  [los ancianos de la tribu
el nido de las sacerdotisas antes del sacrificio ritual y para
                                                                               [colmo
cuando dejamos nuestras piraguas en la costa marina lo
                                                   [único que extrañamos
fueron los volcanes y aquella tierra azul que de pronto
                                                           [tiembla/se abre/
nos traga. Informo a los etnólogos y también a los
                                               [antropólogos de las
pirámides
que la tierra conquistada no sufre alteraciones de su
                                                 [continente desde la
prehistoria. Por eso todas las necedades de su lógica
                                                                    [tienen el
prestigio de sus jardines de Versalles: aquí se pueden
   prever las estaciones y los cambios del dólar con
                   [mucha anticipación. Hemos percibido
también en estos naturales un arraigado orgullo de raza
y que las tortugas de los experimentos atómicos se 
                                      [arrastran lentamente hacia
una playa de sombras.

 

 

JOSÉ ASUNCIÓN SILVA


 

Suspiro
                                                               a A. de W.


Si en tus recuerdos ves algún día
Entre la niebla de lo pasado
Surgir la triste memoria mía
Medio borrada ya por los años,
Piensa que fuiste siempre mi anhelo
Y si el recuerdo de amor tan santo
Mueve tu pecho, nubla tu cielo,
Llena de lágrimas tus ojos garzos;
¡Ah, no me busques aquí en la tierra
Donde he vivido, donde he luchado,
Sino en el reino de los sepulcros
Donde se encuentran paz y descanso!

 

Junio 2 de 1881

 

 

ELIZABETH BISHOP


 

 Conversación*

 

El tumulto del corazón
sigue haciendo preguntas.
Y luego se detiene y empieza a responder
en el mismo tono de voz.
Nadie notaría la diferencia.

Nada inocentes, estas conversaciones empiezan,
convocan después a los sentidos
hacia sólo la mitad de un sentido.
Y después, no hay alternativa;
y después, no hay sentido;

hasta que un nombre
y todas sus connotaciones
son lo mismo.

 

* Éste es el primero de "Cuatro poemas".