"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
miércoles, 26 de abril de 2017
ARTURO ZAFRA MORENO
Una tarde pesada
Una
tarde vacía y aséptica,
eso
es todo lo que poseo ahora
mismo.
Mirar por la ventana
del
tercer piso
y ver
las hojas de la palmera meciéndose
como
agujas,
y los
platos ya los he lavado hace
dos
horas o así
y no
tengo mucho más que hacer.
La
luz de la cocina titubea al encenderse
y se
asemeja a una mosca agonizando
mientras
que el bar en el que
quise
leer unos poemas
ha
cerrado este sábado por
la
tarde.
Lo
bueno es que al menos
no he
ido en balde
y al
darle dos empujones a la puerta
y ver
que no se abría
he
comprado una hamburguesa en una máquina
expendedora,
con el kétchup
acumulado
en un lado y el beicon aún
frío.
Todo
lo que tenía planeado para hoy
era
hablar con el dueño
y
rogarle que me permitiera leer algo
o que
me de trabajo, o me invitara
al
café.
Las
calles están vacías, la gente se ha ido
a la
playa o a la piscina de la tía
y me
han abandonado en medio
de
este desastre urbano y sin gracia
y no
me queda otro remedio que envidiarles
porque
para ellos olvidarme es sencillo y simple
y yo
llevo toda la vida intentando
conseguirlo.
Voy a
la cocina, cojo uno de los vasos
que
he lavado antes y abro el grifo
hasta
que rebose.
Lo
miro, lo huelo y me lo bebo.
El mayo
acto de autoconfianza
que
he hecho en meses.
ROBERTO CIGNONI
Lo
habíamos
aprendido,
sin oír
nada
más, entregarrados, como
si la
palabra de todos hiciese
la
Palabra, estrella y
sentido
y estrella, como si al fin nos
amásemos.
En la
entrelínea, allí
no
palpamos, no atendimos la penumbra
en el
cielo, era
vez,
creación,
hablaba, sabes, hablaba con lo desierto.
CLAUDIO PORTIGLIA
Inocentes
En mi
país sucedieron cosas horribles y no hubo inocentes
no
hay inocentes
menos
entre los que se piensan o se dicen inocentes
no
los hay no lo fueron no lo son
los guerrilleros
eran extremistas y no fueron inocentes
no lo
son los que consiguieron sobrevivir
pueden
ser héroes según como se los mire pero no fueron inocentes
mataron
sin ton ni son
sabían
que mataban sin ton ni son lo saben lo supieron
sin
embargo no dejaron de matar no dejan de reivindicar la muerte
impusieron
sus ideas y sus métodos sin ton ni son
sabían
que los imponían sin ton ni son lo saben lo supieron
sin
embargo reivindican las ideas y los métodos
creen
como los mismos que desprecian que fueron elegidos que son elegidos
creen
como los mismos que desprecian que estuvieron iluminados que están iluminados
fingen
un dios como lo fingen los mismos que desprecian
y se
someten a ese dios que fingen con la misma obcecación
los
represores eran represores y no fueron inocentes
no lo
son los que consiguieron escapar de la muerte o las condenas
sabían
que mataban que secuestraban que violaban y que robaban sin ton ni son
sabían
que callaban por cobardía y que cobraban sus víctimas sin ton ni son
sabían
que las señalaban sabían que las entregaban sabían que las abandonaban
sin
embargo reivindican procedimientos y métodos
creen
como los mismos que despreciaron y que combatieron que sirvieron a la patria
creen
que la sirven
creen
que sirven ellos aun cuando circulan por la vida como despojos
como
escoria humana
como
excremento a cuyo hedor la gente se acostumbra
por
costumbre
porque
la gente tampoco fue inocente tampoco es inocente
lo
supo lo sabe lo fue descubriendo cada uno en su tiempo y en su lugar
y esa
es la tragedia de mi país
un
país que se alimenta de sus propias mentiras
tempestuoso
atormentado país que perdió la inocencia vaya uno a saber cómo vaya uno a
saber cuándo
vaya
uno a saber por quiénes o por qué
pero
que lejos de salvar sus culpas para empezar de nuevo
se
solaza en clamar por su inocencia
se
solaza en imputar a los demás
SILVIA MAZAR
El cielo es de cerezas
en el
aire se tiñeron todas
de su
jugo de vida
cayeron
del árbol hasta nosotros
y es
de cerezas
el
cuerpo tibio de la melancolía
Juntadas
en las manos
como
un cuenco
rojas
de labios
atardecer
derramado en los sentidos
Ramas
cuajadas y las risas abajo
caían,
se pisaban, se perdían
Hoy
vuelven a mí
y
casi nada importa
sólo
es un cielo todo lo vivido
un
cielo de cerezas
en
medio de la vida
LUIS BACIGALUPO
Agonía
El
cielo se desentiende de nuestros asuntos
un
poco de lluvia y el aire huele de otro modo
esos
niños están viendo a sus hijos nacer.
Han
dejado de ser pequeños los niños nacidos de la infancia
y en
estas horas de lluvia
otro
animal ha iniciado su agonía.
Por
mucho, el sufrimiento no llega a las nubes
y
aunque permanezcan bajas
todo
ha de alcanzar la lejanía
porque
el cielo nunca ha puesto interés
en
los negocios de aquí.
Antes
de que la lluvia las toque
estas
mercancías habrán de ser polvo
mañana
será
el mismo día
es
cuestión de horas.
NILDA BARBA
un tutor y la pérgola para merecer
de
noche hormigas
que
manos y ojos envenenan
no sé
por qué
hojas
con leche
las
raíces garras
truena
amanezco
en un matorral
salvaje
las
hormigas me recorren
no sé
por qué ni náuseas
es
fértil el terrón
agua
de lluvia
gajos
ajenos ritos
luz
apretada entre mis pétalos
canales
de polen
perfume
en las espinas
¿por
qué me gusta tanto?
De: “¿por qué me gusta tanto?”
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