domingo, 20 de junio de 2021

EARLE BIRNEY

 

 


El Greco: Espolio

 

 

El carpintero está concentrado en la presión de su mano

en el punzón y en el truco de dirigir su fuerza

a través del punzón hacia la madera, que es dura.

No tiene ningún esfuerzo que escatimar en despojos

ni en preocuparse de si lo cortarán en los dados.

Su habilidad es vital para la escena y la seguridad del estado.

Cualquiera puede realizar las indignidades. Son sus brazos duros

y su habilidad los que atraen las miradas de las mujeres del convicto.

Está el problema de conseguir los agujeros exactos

(en medio de esta multitud que se da codazos)

y lo suficientemente profundos como para sostener los picos

después de que se hayan hundido en esos pies descalzos

y muñecas inadecuadas que sabe que lo esperan detrás de él.

Tal vez no sienta que una de las manos

se sostiene en un gesto curioso sobre él –

¿dando o pidiendo perdón? -

pero apenas se tomaría el tiempo para desconcertarse por las poses.

Los criminales son de todo tipo,

como cualquiera sabe, quienes hacen cruces

son tan locos o cuerdos como los que deciden sus asesinatos.

Al menos nuestro uno ha estado callado hasta ahora,

aunque dicen que se metió en este problema

hijo de carpintero que tiene nociones de predicación

Bueno, aquí hay un hijo de carpintero que tendrá hijos carpinteros

si Dios quiere y construirá lo que se quiera

templos o mesas pesebres o cruces

y les dará forma decentemente

trabajando solo en esa abstracción firme y profunda

que borra los gritos de los traperos

Construir con las manos el peso de la rodilla el muslo reforzado

mantiene la espalda alejada de la muerte

Pero ahora es demasiado tarde para que el otro hijo del carpintero

regrese a esta paz antes de que se claven los clavos

 

 

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