Traslación
Recojo
flores para el nicho de mi amigo,
grandes
mariposas revolotean sobre el pantano.
Escogimos
la madera, medimos juntos el ataúd,
dimos
un sorbo de singani
y
nos despedimos con tranquilidad.
Se
nos ve zigzaguear en busca del porvenir
bordeando
el sueño
con
la epidermis tornasol
vagando
distantes, tan débiles
como
bichos bioluminiscentes
atascados
en un charco inesperado.
Una
especie de siesta donde hay música
y
-extrañas- guirnaldas balanceándose entre los dos.
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