viernes, 7 de febrero de 2020

ANAHÍ MAYA GARVIZU


  


Traslación



Recojo flores para el nicho de mi amigo,
grandes mariposas revolotean sobre el pantano.
Escogimos la madera, medimos juntos el ataúd, 
dimos un sorbo de singani 
y nos despedimos con tranquilidad. 
Se nos ve zigzaguear en busca del porvenir
bordeando el sueño 
con la epidermis tornasol 
vagando distantes, tan débiles 
como bichos bioluminiscentes 
atascados en un charco inesperado.
Una especie de siesta donde hay música 
y -extrañas- guirnaldas balanceándose entre los dos.


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