Tarde
divertida con dios
Dios
y yo nos escapamos de misa.
No le gustan las multitudes. No le gusta
que lo enjaulen en palabreríos.
Nos deslizamos en el tobogán
y bendecimos la tarde.
El pasto es una piel más nuestra. El cielo,
nuestros pulmones hambrientos.
Y nos comemos las horas y Dios se agota.
Ven, le digo, y lo acuesto en mis piernas.
Duerme, le digo. Estoy dormido.
Si abriera los ojos…
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