miércoles, 3 de enero de 2018

VALERIA GUZMÁN PÉREZ




2



Tomada de las manos de mi abuela aprendí
el ritmo de las uvas,
el estallido de la redondez en los dedos
la métrica de los pies separados.

Descalza y ligera
mi infancia se escurrió en el lagar.

En este anochecer
abro una botella de Saperavi
y su aroma me devuelve al mosto
a los blancos pies de la primera danza.


De: “Anamnesis”


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