Lector
para Mary Elsie Robertson, autora de “Family Life”
Un
esposo. Una esposa. Tres hijos. El año pasado no existían; hoy los padres son
mayores, una de las hijas es adulta. Vivo con ellos en su casa de verano que
está cerca del mar. Vivo ahí pero ellos no pueden verme compartir sus caminatas
por la playa, la preparación de la cena en la cocina. Me duele porque sé lo que
ellos no saben, que uno de ellos ha recortado los hilos que entretejían sus
vidas y ahora no hay solución a este lento desenredo. Si soy un fantasma que
pueden atravesar con la mirada, también soy un coro griego, un aplauso dirigido
a la boca por miedo, sabiendo que sus mejores intenciones saldrán mal. “No lo
hagas”, quiero gritar, pero soy ellos no pueden escucharme; las toallas de
playa sobre sus hombros, la cuchara de madera en su mano, ellos siguen jalando
los hilos. Cuando nada queda ellos desaparecen. Cerrando el libro me siento
abandonada. He perdido a mis queridos amigos. Quiero escribirlos, desearles
suerte en todo, asegurarle a cada uno de ellos mi cariño. Si tan sólo me
hubieran dejado despedirme.
Versión
por Andrea Muriel
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