martes, 26 de diciembre de 2017

MARCO FONZ




Un pueblo



Tradiciones de enanos que se creen gigantes.
Topos enmarañados de raíces.
Mapaches ostentando la corona y serpientes vestidas
                                                               /para fiesta.
Quién no quisiera levantar la mano
y bajar el telón de esta triste comedia.

Allá en la casa rosa vive un viejito de quinientos
                                                               /años
que sabe todas las canciones de tortura.
Al fuego con él.
Allá en la casa verde
vive una anciana que se sabe
todos los puntos de costura.
Al fuego con ella.
Ahí está la escuela orgullo de pueblo de iletrados.
Al fuego con ella.
Y allí está el ayuntamiento corral para ganado de
                                                           /engorda.
Al fuego con él.
Ahí la biblioteca con un y cien libros que nadie lee.
Al fuego con ella.
Y ahí los museos que brillan por vacíos en las
                                                             /conciencias.
Al fuego con ellos.

Y al fuego con todas las lágrimas de hipócritas
señoritas casaderas
al fuego la cara de los galanes vetustos
que dicen estar a la última moda.

Pero vea, allá está el monumento de nuestro héroe
                                                           /inventado.
Al fuego con él.
Ahí nuestra iglesia que saca del aire beatas.
Al fuego con ella.
Ahí nuestra casa de cultura pobre elefante rosa.
Al fuego con ella.
Ahí van nuestros indígenas.
Al fuego con ellos.
Y allí nuestras mejores familias.
Al fuego con ellas.
Ahí nuestro mercado típico.
Al fuego también.

Y al fuego con todas las palabras huecas de nuestros
                                                            /intelectuales
y poetas de pueblo con sus vestiduras de magos
y alquimistas mediocres y bastardos.

Pero no se vaya, vea nuestro centro turístico.
Al fuego con él.
Allí nuestra discoteque.
Al fuego con ella.
Aquí nuestro parque y portales.
Al fuego con ellos.
Allá nuestros horarios y trabajos.
Al fuego con ellos.
Al fuego con las viejas y malas costumbres.
Al fuego con el engaño.
Necesitamos un hombre despierto.
Al fuego con todo.
Al fuego con todo.
Al fuego con la promesa.
Pero que no se vuelva costumbre lanzar la vida al fuego.



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