SÍ
Las
voces, las altas voces
las que tocan el sueño
como un abrazo de islas a la deriva.
Las que maduran en el manantial exacto:
en ese fuego sin palabras.
las que tocan el sueño
como un abrazo de islas a la deriva.
Las que maduran en el manantial exacto:
en ese fuego sin palabras.
Las
bellas, las furtivas,
las que hablan del pan y de la muerte
con gestos de hambre y de luz.
Las que han nacido para perderse, para no dejar más señales
que un ala en el vacío.
las que hablan del pan y de la muerte
con gestos de hambre y de luz.
Las que han nacido para perderse, para no dejar más señales
que un ala en el vacío.
Y
aún más: para que haya respuesta,
para que el pulso se encienda
en el último frío:
para desbordar los cielos y la tierra y algo
semejante a nacer de la contemplación y el color sin tregua
de las caricias prohibidas.
para que el pulso se encienda
en el último frío:
para desbordar los cielos y la tierra y algo
semejante a nacer de la contemplación y el color sin tregua
de las caricias prohibidas.
Sí,
el hombre es todo eso.
Todo lo que ha sido tocado por el desierto y una flor.
Todo lo que ha sido tocado por el desierto y una flor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario