lunes, 19 de abril de 2021

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

 

 

  

Soneto matinal a una colegiala ingrávida

 

 

Al pasar me saluda y tras el viento
que da al aliento de su voz temprana
en la cuadrada luz de una ventana
se empaña, no el cristal, sino el aliento

Es tempranera como una campana.
Cabe en lo inverosímil, como un cuento
y cuando corta el hilo del momento
vierte su sangre blanca la mañana.

Si se viste de azul y va a la escuela,
no se distingue si camina o vuela
porque es como la brisa, tan liviana

que en la mañana azul no se precisa
cuál de las tres que pasan es la brisa,
cuál es la niña y cuál es la mañana.

 

 

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