miércoles, 21 de noviembre de 2018

ARISTOTELES ESPAÑA





Huellas digitales



Un Chico con Cara de Buque dijo tengo una muralla
y voló hacia un soneto.
antes, bebió Agua de Toronjil
de la pierna izquierda de Mylene
y chupó el húmedo hueso de plástico
Made in Corea de la nave.

Eramos felices, todos teníamos cara de espanto
y 20 años en la nuca, había estribos, bombas de humo
e idiotas carteles con círculos
en las piezas de Evelyn, Abelardo, Jacinto, Elsa, Raquel Holtz;

una Chica de Cuento habló de detenidos desaparecidos;
muerte, muy despacio.
nos dimos cuenta que la única certeza
de esa noche era la nada,
la derrota, la soledad;
alguien cantó La Comparsita.

Entre colchones, arrebatos, caracoles,
El Chico con Cara de Buque bebió una consonante,
y aparecieron pequeños poetas simios.
Era un instante de miedo, afuera se escuchaban disparos,
ruidos de botas de ejército chileno,
besitos ricos también en la almohada.




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