Muriendo
de amor por esa perra
Para ella, es decir, para nadie
Es
bella la asesina:
tiene
su mirada el filo de un diamante
y de
su piel emana una toxina alucinógena;
su
cuerpo es una parvada de aves ciegas
que
vuelan hacia el mar por puro instinto.
Es
bella: de sus pasos brotan árboles de sombra,
y
alrededor la luz llovizna y quema el suelo.
Es
poca cosa compararla con la sangre,
pero
es hermosa como el brillo de una herida,
como
una pequeña dosis de suicidio.
Es
bella: su palabra forma huecos en lo oscuro.
Es
hermosa y lleva entre los dedos,
como
ramo de flores palpitante,
un
agujero negro en expansión.
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