sábado, 25 de noviembre de 2017

ANDREA OCAMPO



  
Silbidos



Y nadie silba por la calle.
Hemos por fin anulado el molesto
sonido del otro,
convidado de piedra en la caminata diaria.
Es el siglo de los ojos.
Nadie silba y la calle es pura visión,
imagen que presume movimiento
y se me hace sueño videoclip. Nadie silba
en la película absurda donde siempre
es lunes o jueves o a quién le importa si
los días son iguales
como iguales los temas sucesivos
del auricular al cerebro, del ojo
al zapato, al asfalto, a los coches,
la gente y el semáforo. Sube
en el rebote de los pasos, hasta los labios sube.
Un huracán.  La silbo hasta el trabajo,
desentono, la canto, me equivoco, silbo otro poco,
le invento una letra
más o menos, a veces hasta sonrío.



No hay comentarios:

Publicar un comentario