Caracol
Miro
tu lentitud,
la
traza de luz que abandonas a tu paso
como
savia derramada de los árboles.
Eres
el pequeño dios de la sed
que
atraviesa las hojas y la noche
en
su infinito reposo.
Te
observo sin heridas
y
miro mis manos: sombras de nieve
que
tocaron la muerte con tu mismo sigilo.
De: “En las
aguas de octubre”
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