lunes, 24 de octubre de 2016

VÍCTOR PÉREZ




4.



Bibiana y Lulú mirad esta meada sustanciosa que lanzo
y que está por encima de todos los hombres que vengan
mirad cómo meto los labios en ella, cómo amago la tensión hacia mí
en un ángulo que me enjoya, mirad cómo excito mi hastío hasta
sincronizarme con lo que proyecto atravesando mi salmo de oro
así caigo sobre las multitudes humanistas.
Ahora mirad cómo eructo el té vocalizando vuestros bellos nombres de zorra
y  cómo meto fuego al gallinero con el Cantar de los Cantares
para unificar el espíritu de los pueblos.
Vengo de matar gente en América, ahora voy lentamente
hacia mi cubículo en España buscando a otros con mi monopatín negro
arrasando mi neuroquímica, hablando en latín, amortajado, original a rachas
endiablado y polvoriento como una cordillera joven, con mis pensamientos cristalinos
atravesando las autopistas, tomando carreteras, enganchándome a la parte de atrás
de los camiones. Al leer por las noches parcialmente a Frank OHara me empalmo.
No hay urgencia en mi rumbo al este; mis consideraciones emocionales
pasan por el estado de los rodamientos y la estática elíptica de la tabla
así pasan los días y así continúo mi fantasmagórica marcha hacia
nuevos enemigos de sangre.



No hay comentarios:

Publicar un comentario