4.
Bibiana y Lulú mirad
esta meada sustanciosa que lanzo
y que está por encima
de todos los hombres que vengan
mirad cómo meto los
labios en ella, cómo amago la tensión hacia mí
en un ángulo que me
enjoya, mirad cómo excito mi hastío hasta
sincronizarme con lo
que proyecto atravesando mi salmo de oro
así caigo sobre las
multitudes humanistas.
Ahora mirad cómo
eructo el té vocalizando vuestros bellos nombres de zorra
y cómo meto
fuego al gallinero con el Cantar de los Cantares
para unificar el
espíritu de los pueblos.
Vengo de matar gente
en América, ahora voy lentamente
hacia mi cubículo en
España buscando a otros con mi monopatín negro
arrasando mi
neuroquímica, hablando en latín, amortajado, original a rachas
endiablado y
polvoriento como una cordillera joven, con mis pensamientos cristalinos
atravesando las
autopistas, tomando carreteras, enganchándome a la parte de atrás
de los camiones. Al
leer por las noches parcialmente a Frank OHara me empalmo.
No hay urgencia en mi
rumbo al este; mis consideraciones emocionales
pasan por el estado de
los rodamientos y la estática elíptica de la tabla
así pasan los días y
así continúo mi fantasmagórica marcha hacia
nuevos enemigos de
sangre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario