La
trampa
En
el fondo de sus aguas
los
muertos no hablan
no
bailan
no
se ríen de su muerte
no
recuerdan su vida.
Al
margen de la amnesia
con
la cabeza henchida de ocasos y equipajes
no
saben quienes fueron
y
buscan en la periferia del mar, un gancho
alguna
longitud que persevere en ellos.
Desde
esa arista observan lo figurativo:
el
ojo ajeno del arte y los poemas que su yola inspira,
los
anuncios que no entienden la herejía del llanto,
la
ironía que divulga su canto migratorio y esencial –incurable y olímpico−
“El
trabajo nos hará libres.”
La
noche crece entre sus labios húmedos de mar
sus
sueños descansando entre pálidas algas
―como
pálidos son sus huesos―
Concentrados
en un campo de mar
su
ataúd es una yola, empujada todavía
por
el temible eco de otro tiempo ―Arbeit mach frei―
“El trabajo nos hará
libres.”
De:
“Mar en los huesos”
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