Quédate
Y te
darás a esta noche,
a su
justa verdad.
Te
veremos larga
y
fluvial,
como
si fueras de musgo
o de
tierra mojada,
vanidosa
muchacha,
altanera
con el paisaje
y con
la sed
que
está en todas las cosas.
Si te
quieres quedar
tendrá
que ser en nuestra tierra rasgada,
si en
ella ves algo
es la
herida en que quedó tu mirada,
pero
todo está muerto
niña
arrojada
a
esta tierra ofendida.
La
oscuridad que teníamos
la
escondimos en el armario de cuando éramos niños,
y
ahora sólo te tenemos a ti
que
quieres llover sobre la siembra quemada
y que
traes la lama y el moho
a
este plano escarmentado de luz.
Quédate
y te
veremos,
postergada
al fin,
unida
al
desgarrado paisaje,
no
como eres,
sino
por nosotros ungida,
santificada
triste.
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