Fuego
en lo oscuro
A Sara, nuestra perra
Acaba
de nacerle un hijo.
Lo
ha llevado en su vientre
dos
meses y unos días.
Va
de acá para allá
con
la locura del instinto,
con
el desasosiego de la sangre,
con
el temor de la tristeza.
Gruñe
y jadea, mueve
El
cuerpecillo inmóvil.
Sus
ojos son el reino del espanto.
Hay
algo que la enloquece,
que
no entiende,
que
no puede comprender.
Y
mira desde otro mundo…
Se
queda quieta, esperando a la vida.
Se
queda sola, lamiendo a la muerte.
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