martes, 28 de agosto de 2018

JOSÉ ALFREDO SOTO





Retroceso



Un grito arrojado de regreso a la garganta
inunda el cuarto con un silencio
de nostalgia,
agudo, un silbo
que satura el oído  y le regresa
al reposo umbrío,
la memoria  se marchita,
se encoje a un tamaño primigenio
una multitud de dientes, lácteos,
pequeñitos, se aferra
de nuevo a las encías de infancia.
Caminas de la puerta a la ventana,
miras paso a paso
el camino en el espejo,
y olvidas avanzar.
Hay algo, un yo
afuera
que me extiende
en y sobre
el tiempo
y sobre todo, del tiempo
que es como yo, /un vistazo mínimo,
diminuto,
un átimo.
Es materia que parte de mí
estoy en ello, me extiende,
me tiene por las manos
no lo siento,
lo presiento acaso.
Hay algo, un yo
afuera
que cubre todo,
abarca la primera
y la última
estrella,
y es como yo, / parte de mí,
diminuto,
un átomo.
No tiene que ver con el yo / cuando digo yo,
es lluvia para una ventana cerrada,
un reloj de luz tras un muro de tormenta,
se dice roca sobre mi mano
y se parece a ti
cuando te escucho
y dices yo.



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