viernes, 11 de mayo de 2012

ÁNGELA MONTERO





Adivino tormento



Has sido corrompida
te vi lejana
guardando memorias
en tu vientre materno.

Sé que el dolor está brotando
por haber renunciado
al ímpetu de madre,
¿qué la filosofía te llenó el alma
cuando ese espermio fecundó
en tus entrañas
y te obligó a parir?
Era tu propia sangre
no reflexionaste,
escupiendo tu presente.

Sé que la única lágrima derramada
fue la que quiso lavar tu pasado.

Hoy no hay testamento
que te nombre,
ni palabra que merezcas.

El dolor está en el pecho
y en la confidencia
llama a tu hijo.

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