Bajada 4
Por más corta
que sea la estadía
en un balneario
se establecen rutinas.
Pedir
al mediodía
una caña a la camarera
brasileña que atiende
con rigor y cariño.
Sirve
raciones generosas
de aceitunas aliñadas.
Reparte sombrillas
donde la escena
está
a punto de pasarse
al blanco y negro.
Sabe de las rutinas
de sus clientes
y
esquiva de más
de una mano.
¿El vermú con hielo
cómo siempre?
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