sábado, 23 de abril de 2016

ALFONSO REYES




Ventana al crepúsculo y al campo



A la hora en qué está muriendo el día
en regalada paz y luminosa,
siento subir el ánima olorosa
del verano del campo que se enfría.

¡Tarde, playa del mar constante y pía!
Nave del corazón: al fin reposa.
Salte, alma, como una mariposa,
a temblar en la luz que se desvía.

Yaces, amiga, sobre la ventana,
por donde nuestra lenta vida mana
hacia el ocaso, hacia la inmensidad.

Y en el desvalimiento de la tarde,
la dulce lumbre de tus ojos arde
para consuelo de mi soledad.




("VENTANA AL CREPÚSCULO Y AL CAMPO", Constancia Poética OC X.)

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